El Instituto Nacional de las Mujeres llama a conmemorar este 12 de junio el Día Mundial contra el Trabajo Infantil sumando esfuerzos de los gobiernos, las instituciones, los centros de trabajo, las familias y la sociedad en general, para que las niñas y los niños no sean expuestos a situaciones de riesgo realizando trabajos y actividades no acordes con la etapa que viven, que además coartan su crecimiento en temas como la educación.
A través de un comunicado Inmujeres informó que el trabajo infantil es un grave problema que aqueja a muchos países. De acuerdo con el Informe Mundial sobre el Trabajo Infantil: vulnerabilidad económica, protección social y lucha contra el trabajo infantil, publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en abril de 2013, se identificó que entre 2000 y 2008, el número de niños en situación de trabajo infantil a nivel mundial disminuyó 30 millones. A pesar de ese avance, al final de ese período había más de 215 millones de niños y niñas que se encontraban aún en el trabajo infantil, con más de la mitad de ellos en labores peligrosas.
Este año se propuso centrar la atención en el papel de la protección social con el objetivo de mantener a las y los niños alejados del trabajo infantil, un eje que surgió en el marco de la III Conferencia Global sobre el Trabajo Infantil, celebrada en Brasil en 2013, donde representantes de gobiernos y organizaciones de empleadores y empleadoras, así como de trabajadores y trabajadoras, adoptaron la Declaración de Brasilia, que reafirmó la determinación de los países participantes para eliminar las peores formas de trabajo infantil para el 2016, que se expresan en la esclavitud y la trata infantil, la servidumbre por deudas, la participación en conflictos armados y actividades ilícitas, así como la explotación sexual infantil, entre otras. De igual forma, la Conferencia determinó que las medidas para promover el trabajo digno y el empleo pleno y productivo para las y los adultos son esenciales para que las familias estén habilitadas para eliminar su dependencia de los ingresos generados por el trabajo infantil.
En México, de acuerdo con la información del Módulo de Trabajo Infantil (MTI) 2011, la tasa de ocupación de la población infantil de 5 a 17 años era de 10.5 por cada cien niños, destacando que además de trabajar, por lo general, las y los menores realizan también sus estudios o quehaceres de apoyo al hogar.
Sobre a la participación por sexo, los niños ocupados alcanzaron el 14.1 por ciento, mientras que las niñas representaron el 6.8 por ciento. De igual forma, el MTI 2011 dio muestra que las y los menores combinaban el trabajo con la realización de otras actividades, entre las que destacó el trabajo doméstico. En ese sentido, el 3.1 por ciento de los niños ocupados y 2.2 por ciento de las niñas ocupadas combinaron el trabajo con las actividades domésticas. Sin embargo, los datos muestran que las niñas participaron en mayor medida de esa actividad: 2.3 por ciento de niños y 5.8 por ciento de niñas que sólo se dedicaban a realizar quehaceres domésticos.
A pesar de que el trabajo infantil se presenta, en general, en mayor medida en los niños que en las niñas, se puede identificar que ellas participan más en actividades tradicionalmente femeninas, lo que es producto de la reproducción de roles y estereotipos de género en el mercado laboral, es decir, que a través de la socialización se van reforzando, a lo largo de la vida, condicionamientos que encasillan las actividades que realizan las mujeres y los hombres.
El Módulo de Trabajo Infantil 2011 reportó además que el 12.9 por ciento de las niñas y el 14.3 por ciento de los niños, se desempeñaron como trabajadores y trabajadoras en servicios personales, así como el 1.3 y el 10.1 por ciento, respectivamente, realizaban servicios domésticos. Por ello, es importante considerar el lugar de trabajo como factor de riesgo latente, que puede poner en peligro la integridad de las y los menores; como es el caso de quienes trabajan y viven en el domicilio de su empleador o empleadora. Ello podría aumentar el riesgo de ser víctimas de discriminación o violencia, la cual puede llegar a convertirse en abuso físico o sexual.
Las causas del trabajo infantil son multifactoriales, por lo que es necesario fortalecer las políticas integrales e intersectoriales orientadas a erradicar esta actividad del mercado laboral, así como promover las acciones destinadas a garantizar la protección social de las y los menores y sus familias.
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