Enrique Peña Nieto es el candidato del PRI a la presidencia de la República, porque es quien representa la unidad de sus sectores, sus organizaciones y movimientos, sus estructuras seccionales, las agrupaciones adherentes, los simpatizantes y, además, la incorporación convencida del partido coaligado y Asociaciones Políticas Nacionales que se suman.
Él, a través del tiempo, se ha perfilando como la figura política de mayor y mejor presencia en su instituto político, y al exterior también. Al iniciar la campaña electoral aparece en las encuestas con 15 puntos, en promedio, arriba de la candidata posicionada en el segundo lugar.
Enrique Peña Nieto acredita la experiencia necesaria para conducir por buen rumbo al país. Con paso seguro en los momentos actuales y a la vista de los tiempos por venir, en el corto y mediano plazo y su proyección a un futuro que hoy parece incierto. Su tránsito por los ámbitos de los poderes legislativo y ejecutivo de su estado, la entidad federativa de mayor peso en el país, da cuenta de ello.
Él, en una afortunada combinación de juventud y experiencia, posee una visión de Estado que le permite proponer, con certidumbre, la construcción de un México mejor. Una nación fuerte y segura a partir de nuestros valores tradicionales, colocando cimientos firmes en el presente. Una nación con horizontes de mejor calidad para todos: mujeres y hombres; adultos mayores y jóvenes; grupos vulnerables; trabajadores, estudiantes, artesanos, pequeños empresarios, industriales, campesinos. Un país con disposición superior para plantarse con eficacia en el mundo de competencias de hoy.
Enrique Peña Nieto tiene una propuesta cuyo origen está en su vocación reconocida de servicio público, a la que se agregan los acontecimientos vividos en el hacer cotidiano en tareas de gobierno, y la atención y comprensión de las voces de gobernados que claman por una manera digna de vivir.
Él sabe que las respuestas están en una educación de calidad; en el empleo total y con remuneración suficiente; en familias sanas; en espacios seguros donde la gente pueda cumplir cabalmente con su misión en la vida.
Enrique Peña Nieto posee los valores que hacen posible la confianza que el electorado le dispensa, expresada en sí en encuestas, pero también en el encuentro con la gente, con grupos organizados, con académicos, con empresarios, con actores políticos, con protagonistas de los acontecimientos cotidianos de la nación.
Él, se dijo antes, garantiza unidad en su Partido, acredita vocación y experiencia en el servicio público, sus propuestas responden a los anhelos de la mayoría de los mexicanos. Es reconocido como político que no promete, que se compromete y firma ante notario y cumple.
Por tales virtudes Él, representa, la mejor opción para encabezar el gobierno que México demanda y merece.
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