Durante el lanzamiento nacional del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) 2017, se informó que este programa tiene el objetivo de incentivar a nivel nacional la inversión de las empresas en actividades y proyectos relacionadas con la investigación, desarrollo tecnológico e innovación, a través del otorgamiento de estímulos financieros complementarios, de tal forma, que estos apoyos tengan impacto en la competitividad y la productividad.
Ello ante la urgencia de cambiar la perspectiva de que sólo un 5% de las empresas en México apuestan a la ciencia y tecnología y que hoy, el 70% de las inversiones en este rubro es del gobierno.
Aunado a que innovar es un reto de la capacidad científica, ya que un error que al momento se está padeciendo es que si bien los hombres y mujeres de ciencia están creando diversas patentes y proyectos estos no responden en muchas veces a las necesidades que tiene de forma cotidiana las empresas y el país.
El director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), Enrique Cabrero, dijo que México debe ser una nación de innovadores, donde los avances científicos y tecnológico permeen en todos los ámbitos a fin de aumentar el crecimiento de la nación e incrementar la competitividad en el entorno global.
«La innovación incide directamente en el mayor bienestar social de la población, la innovación no solo fortalece a las empresas, sino tiene un impacto directo en el bienestar social, esa es la enseñanza que nos han dado los países que han logrado posicionarse correctamente de la innovación».
El Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) nació en 2009. De ese año a la fecha, «de cada peso de inversión pública, las empresas han invertido un peso con 14 centavos, con lo cual, se ha detonado una inversión privada por 26 mil 312 millones de pesos que sumado a los 23 mil 4 millones de pesos de recursos del PEI, representa una inversión total en innovación de 49 mil 317 millones de pesos en el país», detalló José Antonio Lazcano, director adjunto de Desarrollo Tecnológico e Innovación del CONACyT.
En 8 años, se ha invertido en 5 mil 584 proyectos en las 32 entidades federativas del país, beneficiando a 2 mil 983 empresas distribuidas en 34 sectores industriales -los más relevantes por su alto dinamismo en la economía y que recibieron el 81 por ciento de estos recursos- son tecnología de información, automotriz, alimentos, agroindustria, química, biotecnología, maquinaria industrial, metal-mecánica, salud, energía, farmacéutica, aeroespacial y electrónica.
Otro objetivo del PEI es promover la vinculación academia-empresa, de esta manera, se han vinculado 4 mil 721 proyectos con alguna institución de educación superior o centro público de investigación, «las instituciones vinculadas han recibido en estos 8 años, 12 mil 79 millones de pesos, lo que significa el 58 por ciento de los recursos que el gobierno de la República ha asignado a este programa», dijo Lazcano.
Por su parte, el coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, José Franco, dijo que a pesar de que México cuenta con científicos y empresarios de clase mundial, la vinculación entre estos sectores es limitada.
«Esta vinculación tan pobre tiene consecuencias muy fuertes, por un lado, no hay la innovación que nuestra economía debería de tener y tampoco existe la inversión privada que debería de existir para el sistema.
Aceptó que «el sistema ha tenido un crecimiento lento, no ha podido desarrollar su potencial. Sabemos muy bien que el producto principal de la investigación científica es el nuevo conocimiento, pero que ese nuevo conocimiento se traduzca en efectos sociales y económicos».
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