La realidad de los cambios que presenta el universo y galaxias cercanas a la Vía Láctea permite que astrónomos de todo el mundo aprecien la presencia de polvos que se expanden en el espacio y que son elementos que, poco a poco, modifican el clima espacial que rodea a la Tierra y que sean clave para la vida.
El clima espacial es el término que los científicos usan para describir los cambios del espacio, condicionados por explosiones solares que crean tormentas de radiación, fluctuación de campos magnéticos y «lluvias» de partículas energéticas, fenómenos que viajan con el viento solar a través del sistema solar.
Wolfgang Steffen Bur, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, durante su exposición titulada “Contaminación galáctica, estrellas que echan humo, un reciclaje galáctico”, declaró que al analizar en infrarrojo de cuando una estrella cambia de tamaño y luminosidad se puede apreciar el polvo y humo que avienta al medio interestelar en forma de una onda de choque, compuesta de este polvo que chocará con el estelar que se encuentra estático en el mismo cosmos.
Este efecto físico por sus fotones permite al polvo estelar llegar al espacio sideral y se expande en la galaxia, lo que, aclaró, es evidente al observar las imágenes de las galaxias y apreciar manchones negros que son polvos que tapan la luz de las estrellas y que se mueven de forma constante, ya que los remolinos de las galaxias los agitan en todas direcciones.
En entrevista con Mi Ambiente, comentó que este polvo, que puede catalogarse analógicamente como “contaminación natural que genera el mismo universo”, si bien algunos astrónomos no les agrada esa analogía, “sucede de forma natural y es un actor que se da por sí mismo en el espacio y se genera, se quiera o no. En cierto sentido, el contaminar con este polvo ha permitido cambiar los componentes de las estrellas y las galaxias, siendo parte de nuevas generaciones de estrellas que se conforman con restos de sus antecesoras y que conforma diversos elementos químicos de nuevos planetas.
Dijo que estos elementos compactan las estrellas, nubes espaciales y los propios planetas, ya que sin el polvo no existiría la Tierra con esta concreción de polvos siderales que se fue acumulando y conformó a muchos seres vivos y ahora quizá influye en el clima espacial, pero para nada en el clima interno del planeta, enfatizó.
Esta plática fue parte de la segunda edición del taller “Jack F. Ealy” de Periodismo Científico, efectuado en el Instituto de Astronomía de la UNAM, como parte de la capacitación a comunicadores en temas científicos.
En referencia a este tema, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha informado que es una realidad la vulnerabilidad de la Tierra con respecto al clima espacial, un fenómeno capaz de dejar a la población mundial sin electricidad y sin comunicaciones. Por este motivo, la OMM se ha unido a la NASA y OCDE para declarar este fenómeno como «uno de los riesgos emergentes de siglo XXI.
Por su parte, en el análisis de astrobiología de nuestra galaxia, efectuada en dicho evento, astrónomos hablaron de la importancia de seguir con las investigaciones de la vida en el universo y que para ello, la misión espacial GAIA busca determinar química de sistemas con planetas. Luis Aguilar, astrónomo de la UNAM, indicó que GAIA, lanzada por Europa, es un satélite que medirá distancias de estrellas para catalogar mil millones de estrellas (1%) de las estimadas en nuestra galaxia.
Con la finalidad de apreciar su movimiento y entender de mejor forma al universo obteniendo su primer plano tridimensional de la misma y descubrir nuevos exoplanetas, asteroides, y sea un marco de referencia universal. Además de ayudar a desentramar las capas de polvo estelar o “contaminación natural del espacio” y permitirá encontrar diversos satélites que irradian poca luz que no han sido localizados, pero se sabe que están ahí.
IMPULSAR ASTRONOMIA Y TELESCOPIOS
En dicho taller se informó que México destaca en su trabajo de astronomía, al contar con sitios como es el de San Pedro Mártir, Baja California, un ejemplo de la astronomía mundial, catalogado como uno de los cuatro mejores sitios en el mundo para apreciar los astros y que en su restructuración tiene inversiones de Japón, Taiwán, Estados Unidos y otras naciones que apoyan la astronomía mundial.
En el avance de este sector se menciona que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) aprobó una inversión para la concreción del telescopio HAWC, en Puebla, que tendrá apoyos de la Universidad de Arizona y un instituto de investigación de Harvard, para empezar a trabajar en 2018.
William H. Lee, director del Instituto de Astronomía de la UNAM, comentó que se deben seguir impulsado este tipo de ciencias, ya que en México existen unos 220 astrónomos, mientras que en Estados Unidos hay más de 6 mil.
Dijo que usar ese tipo de aparatos es muy costoso. Utilizar el Observatorio de Canarias, España, donde participa México, durante una hora equivale a desembolsar 5 mil dólares. Recordó que en la última década se han invertido en el mundo 10 mil millones de dólares en telescopios astronómicos.
SOL, GENERADOR DEL CAMBIO CLIMÁTICO
En entrevista con Mi Ambiente, la investigadora del Centro de la Atmósfera de la UNAM, Blanca Mendoza, integrante del grupo de estudio de trabajo forzamiento natural radiactivo y antropogénico del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, indicó que el Sol en siglos pasados presentó variaciones en su estabilidad atmosférica, por lo que participó en el Cambio Climático terrestre.
Señaló que “la contribución actual del Sol en generar emisiones de CO2 en el Planeta equivale a una décima del CO2 y del aumento de la temperatura, a diferencia del CO2 del hombre, que genera en México un 2.5% de las emisiones globales del CO2, de las que el Sol participa con una tercera parte”.
CONTAMINA HOMBRE SU ESPACIO SIDERAL
Según la NASA y la Agencia Espacial Europea en la atmósfera superior existen unos 170 millones de restos de misiones espaciales que sobrevuelan la Tierra y que la mayoría mide entre 1 milímetro a 1 centímetro.
Dichos objetos son un peligro latente, sostiene Christophe Bonnal, de la Agencia Espacial Francesa. Una esfera de 1 milímetro de diámetro viaja a 30 mil kilómetros por hora y tiene el mismo efecto que una bola de boliche lanzada a 100 kilómetros por hora.
POCOS AVANCES EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Manuel Peimbert, astrónomo emérito de la UNAM, comentó que México lo que dedica a la ciencia y tecnología desde 1972 a la fecha ha ido en aumento y estimó que antes se aportaba el 0.4% del PIB a este sector y que este año pasó al 0.44%, mientras que en el primer mundo es del 2 al 3% de su PIB. De seguir esa tendencia nacional al 2018 se llegará al 0.7%, máximo histórico en 42 años.
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