El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México conmemora a las fuerzas armadas de México, con la exposición El Ejército Mexicano 1920-1945 que actualmente y hasta el 30 de julio se exhibe en la Sala de Lectura del INEHRM, en su horario de labores de 9 a 18 horas, de lunes a viernes, ubicado en Plaza del Carmen 27, San Ángel.
De acuerdo a un comunicado de prensa difundido por la Secretaría de Educación Pública (SEP), se narró que tras el paso de la Revolución, se puso en marcha un proyecto de reorganización del Ejército que buscó profesionalizar y modernizar a las fuerzas castrenses y fortalecer su papel como garantes de la soberanía nacional, así como para preservar el orden y la defensa de las instituciones.
Los ejércitos revolucionarios habían sido los protagonistas centrales en la etapa armada de 1910 a 1920. Se buscó que el Ejército tuviera un nuevo papel institucional, ceñido a lo que le marcaba la legalidad, sin protagonismos como en el pasado, con el objetivo de que paulatinamente se fuera transitando a un régimen de gobiernos civiles.
La lucha por el poder entre varios de los principales generales del Ejército constitucionalista produjo tres rebeliones militares en las cuales murieron la mayoría de ellos: la de Aguaprieta, en de 1920; la, delahuertista, en 1923-24, y la escobarista en 1929.
Ese proceso de cambio fue un proceso largo que enfrentó muchas resistencias. De 1920 a 1946, las principales figuras políticas que ejercieron el poder como presidentes electos de la República, fueron caudillos militares: Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho. Los tres primeros son considerados los constructores del nuevo Estado surgido de la Revolución Mexicana.
La Segunda Guerra Mundial modificó para nuestro país las relaciones con las principales potencias del mundo. Por su situación geográfica, México no pudo mantener la neutralidad permanente. El Presidente Ávila Camacho decretó la guerra con Alemania, Italia y Japón. La cooperación bélica con los aliados culminó con el apoyo de un escuadrón aéreo mexicano en el frente del Pacífico, el Escuadrón 201
Como resultado de su participación en la guerra, México dinamizó su economía, exportó más materias primas y productos a los países aliados, modernizó el equipo bélico del Ejército mexicano, garantizó la seguridad interna y logró, bajo la política de la “Unidad Nacional”, la estabilidad.
La exposición está integrada por los módulos: Obregón y el ejército ante la rebelión delahuertista; Joaquín Amaro y la reorganización militar;. El Colegio Militar; las reformas políticas de Cárdenas; la reorganización de Ávila Camacho; La mujer y el ejército mexicano durante la Segunda Guerra Mundial, y México en la Segunda Guerra Mundial.
Dos señalamientos relevantes en la exposición son los relativos a la participación de la mujer en el ejército mexicano durante la Segunda Guerra Mundial. Ante la necesidad de incorporar de una forma más activa a la mujer dentro del Ejército mexicano, el 21 de marzo de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas creó, mediante un decreto, la Escuela Militar de Enfermeras, cuya finalidad principal es formar oficiales femeninos que cubran las necesidades que al respecto tengan los distintos escalones de sanidad del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Y el ,de la participación de México en la Segunda Guerra Mundial. El gobierno de Manuel Ávila Camacho fue cauteloso en la política de envío de tropas a los diferentes frentes de aliados en la Guerra, sin embargo, las cosas habían cambiado. El 16 de octubre de 1942, el Senado de la República aprobó un decreto en que se autorizaban a los mexicanos residentes en Estados Unidos, Canadá y Latinoamérica a enrolarse en sus ejércitos para combatir a las potencias del Eje. Hay testimonios que residentes mexicanos ya se habían enrolado en el Ejército norteamericano al entrar Estados Unidos a la guerra.
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