Crónica 1
La Naturaleza con sus bosques o en sus tierras sinuosas y llena de árboles y ramales, se oculta la muerte. Los monstruos y ruines (imposible llamarlos humanos), asesinos, cavan y extienden los mantos de fosas clandestinas, en ellas ocultan los cuerpos de personas asesinadas macabramente.
Ocultan sus crímenes. Entierran la identidad de gente. Encadenan su acción del mal y del dolor. Es de años. Hoy con certeza se sostiene que suman miles de muertos anónimos. Tumbas sin epitafios. Sin lápidas. Sin nombre. Así, miles de familiares como “judíos errantes”, deambulan por el país, en los ministerios públicos, en los centros de asistencia, de localizaciones. Acuden bajo la esperanza a cualquier versión, a cualquier rumor. Es la ilusión de encontrar su familiar.
La desaparición de los 43 jóvenes de la escuela Normal de Maestros, de Ayotzinapa, es el abrir los ojos y desterrar la ceguera. Es dar paso a la indignación nacional. Redes de criminales en gestación política. De la mano de la complicidad. Por el fruto económico. Por el beneficio político. La suma de votos, el financiamiento de la campaña. Es el crimen organizado de la mano de los políticos. En el caso Guerrero se han publicado nombres y fotografías de políticos cómplices. El Ministerio Público debe llamarlos a declarar.
Los nombres son la evidencia de realidad. Un José Luis Abarca. Con esposa. Son puente entre los políticos arrogantes que solapan a esos sujetos y a ellos acuden para beneficios múltiples.
Hay asesinos materiales. Sin misericordia. Ruines. Cumplen el papel de instrumentos. Sofisticada red gubernamental que arropa a la red asesina. Esa es la radiografía de Guerrero. Es la misma de Tamaulipas. De Coahuila o Sinaloa, incluso el Distrito Federal, donde secuestran a 15 deportistas en el Ajusco. O en el estado de México. Igual Veracruz ¿Habrá una entidad del país que no sea víctima de la delincuencia y del crimen? No es por geografía; es por incapacidad o complicidad gubernamental. O es por ataduras jurídicas.
La pregunta, ¿cuándo y con quién se perdió el rumbo y el control del país?, hay que recuperar la estabilidad emocional, fortalecer el valor del concepto ecosistema. Que la Naturaleza no sea escondite del crimen, ni de asesinos. Que la tierra y sus bosques sean fortaleza del espíritu. Y vuelva la paz. Que haya buenos gobiernos. Que no ocurran “más Ayotzinapa”. Ni más “San Fernando”, ni otra Tlatlaya.
Policías van en busca de 43 desaparecidos. Y lo que se encuentra son fosas clandestinas con docenas de cuerpos muertos. De personas anónimas asesinadas. Es desolación.
Una pregunta que exige respuesta documentada y probada. ¿Por qué los normalistas fueron a Iguala y quién los convocó, quién los manipuló?
Feroz ataque político al Presidente
Crónica 2
En 30 días el Presidente recibió el ataque político más feroz que se tenga memoria, nunca antes ocurrió. La figura presidencial se cuarteó. El mejor mármol, de Carrara se estrella ante un bombardeo. Un mes de bombardeo, con el obús construido de los 43 normalistas desaparecidos.
30 días de un vacío y de un fracaso diario de los cuerpos de investigación policiaca. No localizan a los estudiantes. Y sin localizar a la pareja-monstruo Abascal-Pineda, eje central del crimen comunitario que sembró la incertidumbre nacional y rebasó las fronteras del país.
La multiplicación de intelectuales escribiendo artículos, con gran audacia de imaginación, sin sustento jurídico, planteando la renuncia del Presidente de México, de Enrique Peña Nieto.
Pronunciamientos críticos de organismos no gubernamentales. Con prisa descalificando. El vacío de resultados del Gobierno Federal, fue del 3 de octubre al 3 de noviembre. El día 4 aprehendieron a “los monstruos”, José Luis Abascal, alcalde de Iguala y María de los Ángeles Pineda, presidenta del DIF. Amnistía Internacional presurosamente minimizó: “No basta con la detención”. En cadena las ONG´S de derechos humanos coincidieron en minimizar y exigir.
Los 30 días del vacío, propició tierra fértil para generar y construir una red de movilizaciones nacionales. Y en el extranjero. La bandera es real y justa. “Por que aparezcan vivos”. Los normalistas de Ayotzinapa. Los políticos de oposición aprovecharon el estado de ánimo y movieron células. Crecieron y fortalecieron. La mira fue definitiva. “Contra el Presidente”. Difícil desactivar esa estructura. Seguirán. Es su lucha.
Todo se combinó. Fueron 30 días de obuses contra la Presidencia. El gobierno cuidó decir que la economía se afectaba. Pero los pronunciamientos de gobiernos del extranjero abundaron. Hasta el Papa Francisco lo hizo.
En todo este escenario tétrico aparece una joven. A la vista endeble, tal vez inmadura. O terriblemente perversa. Ocultó a la pareja monstruo. Los ocultó 30 días, en viviendas populares, en un cerro de Iztapalapa. 30 días de un estado limitado y hasta incapaz. Que llevó al extremo de pronunciamientos simples: “Que renuncie Enrique Peña Nieto”. Esa joven se llama Noemí Berumen Rodríguez. La PGR, con Jesús Murillo Karam, deberá informar del alcance y posible red del crimen.
Aparecieron muertos
Los 43 normalistas fueron encontrados muertos, tal y como se presumía desde el principio. El hecho fue confirmado la tarde del viernes pasado cuando se dio a conocer la noticia. De esta forma, se cumplió el compromiso de hallarlos por el gobierno federal.
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