En el ámbito financiero divierte la permanente confrontación entre la Secretaría de Hacienda y el Banco de México. Se ha hecho tradicional que la primera dependencia exagere sus pronósticos, en particular los de crecimiento, empleo e inflación, y la institución bancaria los corrija.
Algunos comentaristas de ese sector han creído que el hacendario Agustín Carstens y el gobernador de Banxico, Guillermo Ortiz, libran una disputa subterránea debido a la publicidad de dichos índices. Pudiera ser.
Para este año, Hacienda se exhibió por sus cálculos exagerados, dado que pronosticó el avance económico de hasta 3% y una inflación menor a ese dígito. Fue cuando Carstens se ufanó de la “economía blindada” y que la gripe de Estados Unidos –la cual se convirtió en pulmonía-, en México sería un simple “catarrito”.
Esas presunciones fuera de realidad han desbaratado la imagen al peso completo de Hacienda y mucha gente se pregunta, en particular banqueros y empresarios, por qué lo sostiene el Presidente Felipe Calderón en una posición de tanta responsabilidad y que no admite bromas ni chistes corrientes.
Es sabido en exceso que Carstens malbarató y entregó la Aseguradora Hidalgo a la estadounidense MetLife cuando fue subsecretario de Hacienda, teniendo como jefe el mal recordado Francisco Gil Díaz. Después de eso se le premió con un puesto en el Fondo Monetario Internacional, de donde fue devuelto con la etiqueta de secretario.
El miércoles pasado volvió el Banco de México a decir la realidad del país. Hizo saber que el crecimiento económico en el 2009 será de entre 6.5 y 7.5%, al contrario del pronóstico de Hacienda de 4% o menos.
Banxico pudo quedarse cortó porque el FMI y el Banco Mundial mencionan que nuestro país terminará este año con un retroceso económico de 10% o mayor.
Como consecuencia de ese derrumbe, resultado de la escasa producción agropecuaria e industrial, así como por la baja del petróleo, la pérdida de empleos será de entre 635 mil y 735 mil en el año.
También en ese renglón se advierte parco el Banco de México, porque los organismos empresariales calculan que, al llegar a diciembre, habrá por lo menos tres millones de mexicanos en brazos caídos.
Así marcha la administración del “presidente del empleo”, lo cual es resultado de la falta de programas y proyectos para impulsar el crecimiento de México. Todo ha sido retroceso desde cuando, en mala hora, Vicente Fox llegó al poder.
Comentarios Cerrados