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Enrique Peña Nieto… por el plan B

Enrique Peña Nieto, virtual ganador de la contienda electoral, se prepara para, llegado el caso, asumir la Presidencia de la República dentro de un marco de acuerdos que permita dar respuesta a las expectativas de cambio con certidumbre y dirección. No hay tiempo que perder. Su gobierno sería intenso. Intensas deberán ser, por tanto, las negociaciones entre los grupos parlamentarios.

Dijo Agustín Carstens, gobernador del Banco de México: el asunto de las reformas estructurales no es una cuestión técnica, sino política. Con esto convoca a una reflexión. Primero lo que se puede conseguir mediante negociaciones inmediatas. En preparación de lo que, por secuencia, habrá de ocurrir después. Vamos, primero lo primero. Y lo primero es sacar adelante la ampliación de las facultades del IFAI y la constitución de sendas comisiones (¿autónomas?), una, para enfrentar el problema de la corrupción y otra que dé seguimiento a la contratación, por instancias gubernamentales, de publicidad en medios.

Con respecto a la primera, sólo tendrá que adicionarse la ley correspondiente para que las disposiciones sobre transparencia obliguen a los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal.

Para trabajar en la construcción de las iniciativas han sido comisionados Claudia Ruiz Massieu, Jorge Carlos Ramírez Marín y Emilio Losoya Austin. Tres priístas que a juventud agregan capacidad de indiscutible calidad; técnica y política.

Sus trabajos serán enriquecidos con aportaciones de legisladores de todos los grupos parlamentarios. Más aún, de los partidos políticos que aquéllos representan, de académicos, analistas, líderes de opinión, organizaciones civiles y las de jóvenes, como los del yosoy132, sabido que éstos, en su agenda, tienen el reclamo de democratización de la vida pública nacional. Con todo ello las propuestas tendrán buen fin en el primer periodo ordinario de sesiones de la LXII Legislatura.

¿Las reformas estructurales? Constituyen el segundo paso de una gestión de gobierno que, obligadamente, debe estar atenta a las secuencias. Porque son trascendentes. Porque de no cuidarse los tiempos se corre el riesgo de frustrarlas si se no se abonan con el trabajo político al cual alude el gobernador de Banco de México.

Entonces con qué comenzará el nuevo régimen. Atendamos y entendamos palabras de Enrique Peña Nieto: “No todo es atribuible a las reformas. Déjame decirte, estoy convencido de que la buena gestión de un gobierno no depende exclusivamente de que se tengan o no reformas, depende realmente de la capacidad de realización de proyectos, de obras, de políticas públicas que materialicen los beneficios que la sociedad demanda”. (“Es hora de reformas: EPN”, Excélsior, 10 de julio de 2012).

Para eso, el virtual triunfador de la elección trabaja aplicadamente de acuerdo a un Plan B, sin las distracciones a las que algunos pretenden llevarlo. Con equipos de servidores públicos coordinados por Luis Videgaray, Jesús Murillo Karam y Miguel Osorio Chong, de reconocida solvencia profesional. No es menor la labor que se hace en el PRI, bajo la presidencia de Pedro Joaquín Coldwell y en la Fundación Colosio con César Camacho Quiroz al frente. Y, desde luego con el trabajo confiado a Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón en el Congreso.

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