En la época virreinal, el arte sacro mostraba escenas impactantes de la muerte, el juicio final, el infierno/purgatorio y la gloria para inspirar temor y exhortar a los feligreses a llevar una vida apegada a las normas religiosas, además de lo que les esperaba al fallecer si eran pecadores.
Por ello, el Museo de El Carmen presenta al público la exposición Entre ángeles y demonios. Las postrimerías en el arte virreinal, que explica dicha iconografía católica mediante 30 obras de los siglos XVII al XIX, en las que se representan las cuatro etapas finales del ser humano según el pensamiento católico: la muerte, el juicio final, el infierno y la gloria.
En comunicado de prensa el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó que la exhibición temporal, conformada por pinturas, esculturas, libros y grabados, ofrece una reflexión en torno a estas piezas de arte religioso, no sólo como una manifestación del imaginario colectivo del periodo virreinal, sino también como una forma de llevar el mensaje moral y la doctrina de la Iglesia.
Al respecto, Aurora Avilés y Raymundo Díaz, curadores de la exposición e investigadores del museo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), explicaron que en el periodo barroco, tanto en Europa como en la Nueva España, cobró gran importancia —más que en cualquier otra época— la conciencia sobre el paso del tiempo y la corrupción de los bienes materiales.
“La Iglesia católica definió cuatro postrimerías o etapas finales del ser humano, representaciones mediante las cuales se pedía a la gente apartarse del pecado y tener una vida con base en los mandamientos”.
Estas cuatro temáticas que narraban el destino del alma después de la muerte se vieron reflejadas en las obras pictóricas y escultóricas de la época, que a su vez se trasformaron en un medio para propagar el pensamiento católico, indicaron los investigadores.
En la exhibición sobresalen el libro La portentosa vida de la muerte, una novela satírica sobre las etapas humanas, escrito por un fraile de Zacatecas en el siglo XVIII; una pintura anónima del siglo XVII, titulada Pudridero, que muestra un cadáver en descomposición; y un óleo sobre tela del siglo XVIII, llamadoRefugium peccatorum, en el que se observa a la Virgen del Refugio intercediendo por pecadores que son devorados por una bestia de siete cabezas.
En el primer módulo, dedicado a la muerte, se exhiben piezas que presentan este suceso de forma aterradora y describen la corrupción por los bienes materiales, resaltando la importancia de llevar una vida espiritual sin apego a las cosas mundanas.
Para mostrar escenas del juicio final, en el segundo apartado de la muestra, hay obras de gran formato que eran recordatorios para los feligreses de que debían llevar una vida virtuosa para complacer al juez supremo al momento de ser juzgados por él.
El tercer núcleo, enfocado en el infierno/purgatorio, está conformado por creaciones en las que se narran visualmente los castigos eternos a los que son sometidos los pecadores. Y finalmente, la gloria era la recompensa a la que accedían aquellos que habían llevado una vida apegada a los preceptos de la religión católica, lo que les garantizaba la entrada al cielo.
La exposición Entre ángeles y demonios. Las postrimerías en el arte virreinal se haya en la planta alta de la Casa del Acueducto, del Museo de El Carmen, donde permanecerá hasta el 23 de febrero de 2014. El Museo de El Carmen se ubica en la avenida Revolución s/n, entre Monasterio y Rafael Checa, colonia San Ángel, delegación Álvaro Obregón.
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