La ciudad prehispánica de Pahñú, en el estado de Hidalgo en las inmediaciones de la Ciudad de México, se estima que en épocas precolombinas fue un punto de observación del tránsito solar a través de las elevaciones naturales que se encuentran al oriente y poniente de la zona, como el cerro Xithá, que marcan los amaneceres y el cenit en algunos días de marzo, septiembre, mayo y julio; fechas que han sido determinadas por el Proyecto Especial Pahñú, que realiza investigaciones arqueoastronómicas en la zona arqueológica que fue abierta al público hace dos años.
Ello fue dado a conocer por parte de Fernando López Aguilar, director del Proyecto Especial Pahñú, adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien dijo que “todo parece indicar un culto solar en esta ciudad prehispánica, donde el ciclo comprendido entre el 13-14 de abril y el 19-20 de mayo, y su correspondiente entre el 24-25 de julio y el 29-30 de agosto, eran importantes por encontrarse el Sol en el cenit de la región y en el cenit del sitio arqueológico”.
En comunicado de prensa se detalló que el tránsito solar más importante se registra los días 13-14 de abril y su correspondiente 29-30 de agosto, cuando el Sol sale en el horizonte en línea recta con la orientación de los edificios, especialmente del eje petroglifos-Tecpan-Edificio A.
La zona arqueológica está integrada por tres plazas, en la primera se encuentra una pequeña estructura cuadrangular. En la plaza central se ubica la estructura principal que mide 17 metros de largo y que con su templo es posible que sobrepasara los 10 metros de alto, el Tecpan que debió alojar a los gobernantes y una serie de estructuras rectangulares. A 80 metros al poniente, existe un pequeño conjunto de estructuras y una zona con abundantes petroglifos.
El paso de los rayos del Sol los días 13-14 de abril y 29-30 de agosto, está delineado por la orientación del sitio arqueológico, específicamente del Edificio A y el Tecpan, edificados durante dos etapas constructivas correspondientes a la época Clásica (450-650 d.C.) y el periodo Epiclásico (650-950 d.C.), que sitúa a esta ciudad como contemporánea de Teotihuacan, pero independiente de su dominio.
El investigador añadió que “en el sitio, la orientación asociada con el camino del Sol se encuentra marcada no sólo por la orientación de los edificios, sino porque el Tecpan y el Edificio A, aún sin excavar, generan una línea de tránsito solar, delineada por dos conjuntos de petroglifos al oriente del Tecpan y al poniente del Edificio A”, indicó el también catedrático del Posgrado de Arqueología de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Por otra parte, los días 18-20 de mayo y 24-25 de julio, el Sol emerge cercano a la cima del cerro Xithá y posteriormente se aprecia el cenit en el sitio arqueológico, que es el momento en el que el astro se encuentra en su punto más alto y no proyecta sombras.
“El cerro Xithá, el cerro de los Ancestros, es un marcador arqueoastronómico si en los días cenitales no se encuentra cubierto por nubes”, comentó el arqueólogo. Esta elevación natural es actualmente conocida como cerro Juárez, ubicado en Ixmiquilpan, a 60 kilómetros al oriente de la comunidad de la Mesilla, Tecozautla, donde se localiza Pahñú.
Los días 13-14 de abril, 19-20 de mayo, 24-25 de julio y 29-30 de agosto, las fachadas sur y norte del Edificio A y del Tecpan están sombreados, “lo que hace poco evidente el efecto de la iluminación del tránsito del Sol”.
Durante el transcurso del amanecer del 21 de marzo y 21 de septiembre, los cerros situados al oriente y poniente de Pahñú realizan la función de marcadores solares en el horizonte.
“La importancia de esta fecha radica en que marca el inicio de las prácticas agrícolas en la región, el fin de los trabajos vinculados con la recolecta y la caza iniciadas desde el 21 de diciembre, aunque no parece tener mayor relevancia en alguno de los edificios de Pahñú”, señaló López Aguilar.
La orientación de los edificios de la Zona Arqueológica de Pahñú, ciudad que forma parte de la tradición cultural xajay, corresponde a las coordenadas 9° 30´ al oeste del norte, que coincide con las fechas solares del 13-14 de abril o 29-30 de agosto. “Más que con un evento astronómico, esta orientación responde a la veintena llamada Izcalli, que iniciaba el 21 de agosto y terminaba el 9 de septiembre.
“Era importante porque la advocación del centro ceremonial estaba dada a la deidad que se celebraba en esas fechas: Huehuetéotl-Xiuhtecuhtli, el dios viejo del Fuego, que habitaba en el centro del universo y que encarnaba el fuego celeste y cósmico, el símbolo de la guerra sagrada”, concluyó el arqueólogo.
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