Para atraer talento, las organizaciones deben adaptarse al smartworking y a las nuevas formas de trabajar. En la actualidad, con los dispositivos móviles y la aparición de la nube, el trabajo está en cualquier sitio, no es necesario un lugar físico para desarrollar la actividad laboral.
Por ello que las empresas mexicanas requieren incorporar la tecnología adecuada para que sus colaboradores puedan trabajar de manera remota, por ejemplo, desde casa.
En muchas empresas la cafetería, los lugares comunes o los espacios abiertos se han hecho eco de este concepto. Sus ambientes se han adaptado para convertirlos en ese “tercer lugar”.
Hoy los trabajadores del conocimiento requieren una conexión a Internet y estar seguros y confortables para trabajar, incluso actividades que requieren inspiración para generar ideas creativas requieren más del entorno abierto que de estar encerrados en oficinas.
La primera razón que viene a la mente cuando las empresas alientan este movimiento es reducir sus costos, infraestructura, consumo eléctrico, mantenimiento, optimizar espacios de trabajo, etc.
Pero no es el motor que impulsa la decisión; esto también genera oportunidades laborales para mucha gente que de otro modo sería imposible. Por ejemplo, favoreciendo la integración de personas con movilidad reducida, o la conciliación cuando se debe velar por el cuidado de una persona dependiente o niño.
De hecho, la consultora 3G apunta en un estudio que el 50% de los puestos de trabajo están permanentemente vacíos. Sobre este punto reside el éxito de una de las tendencias en auge: el hot desk permite a las empresas optimizar su espacio, el trabajador no posee una ubicación fija para el desarrollo de su actividad, y dispone de lockers o armarios inteligentes para dejar sus pertenencias: laptops o dispositivos móviles.
Cuando obligatoriamente se trabaja desde casa (home office), muchas empresas dan la posibilidad a los colaboradores de adecuar algún ambiente del hogar para desarrollar sus actividades. De esta manera, no se requiere el desplazamiento a la oficina, con sus correspondientes beneficios espacio-tiempo. Para ello los colaboradores deben generar un ambiente de trabajo propicio y espacios de concentración.
Existe un cambio de paradigma en el trabajo. El cual, debe priorizar los objetivos, premiar la productividad e impulsar el desarrollo del talento, la flexibilidad se convierte en un aliado. La productividad no está ligada al cumplimiento estricto del horario, al presentismo, a la cantidad de horas que se calienta la silla y que es un fenómeno en auge en el país.
Cada vez más, los espacios físicos fuera de una empresa serán más importantes en el desarrollo de la calidad del trabajo. A ello se suman las políticas de flexibilidad que favorezcan la conciliación de la vida personal y profesional. Aquellas organizaciones que incorporen el smartworking pueden lograr una mejora sustancial en la motivación y el compromiso, sin incrementar sus costos.
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