La exposición Mayas, el lenguaje de la belleza fue inaugurada en el Museo Martin-Gropius-Bau, de la ciudad de Berlín, Alemania, por el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el mandatario del país europeo, Joachim Gauck, quienes durante el recorrido por la muestra estuvieron acompañados por el secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa.
“Con esta selecta exposición, México resalta lo mejor de su pasado y difunde su enorme patrimonio cultural. Así da inicio al Año Dual entre ambos países”, dijo el presidente Enrique Peña Nieto.
Un conjunto de figurillas de la isla de Jaina, en Campeche, de alrededor de mil 400 años de antigüedad, con detalles muy exactos de la apariencia y la indumentaria, así como fragmentos de textiles arqueológicos extraídos en la década de los 60 del siglo pasado del Cenote Sagrado de Chichén Itzá, en Yucatán, se integran al discurso de la exposición que permanecerá en el recinto berlinés hasta el 7 de agosto de este año.
Luego de itinerar por espacios museísticos de Cancún, Quintana Roo; Villahermosa, Tabasco; Beijing, China, y Mérida, Yucatán, donde ha sido recorrida por 244 mil visitantes, la muestra ahora se presenta en Berlín como parte de las actividades del Año Dual México–Alemania, y constituye una celebración de las estrechas y crecientes relaciones entre ambas naciones poseedoras de una gran riqueza histórica y cultural; México comparte con su anfitrión la belleza de una de sus culturas más emblemáticas, complejas y vigentes.
A medida que la exposición ha cambiado de sede, se ha incrementado el número de piezas arqueológicas. En el Museo Maya de Cancún la muestra reunió una pequeña selección de 130 objetos, y al Martin-Gropius-Bau llegarán 300, provenientes de más de 20 museos de los cinco estados que comprenden el área maya en México: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
En la sede de Berlín, los visitantes pueden apreciar una recreación de la ofrenda funeraria de un joven de Oxkintok, Yucatán, con piezas originales como la máscara de pectoral de concha que representa el rostro de una tortuga, vasos, y espátulas de hueso y una aguja con inscripciones glíficas que hacen referencia al portador de la misma.
Las piezas corresponden al periodo Clásico Tardío (600–900 d.C.), y se hallaron durante las excavaciones de Ricardo Velázquez, en 2001. El joven de Oxkintok fue un noble adolescente, cuyo entierro se localizó junto a una ofrenda excepcional en el interior de la Tumba 8 de la Estructura CA-14 sub del grupo Ah Canul.
Entre las novedades que se integran a la exposición, está la presentación —por primera vez en el extranjero— de varios fragmentos de textiles y dos sandalias de fibra, cuya antigüedad abarca los periodos Clásico Terminal y Posclásico Temprano (900-1250 d.C.), y que fueron extraídos del Cenote Sagrado de Chichén Itzá, Yucatán, durante las excavaciones del arqueólogo Román Piña Chan; así como las cabezas de estuco descubiertas en la tumba de K’inich Janahb’ Pakal, ubicada en el Templo de las Inscripciones de Palenque, por Alberto Ruz Lhuiller, en 1952.
La muestra arqueológica da cuenta de las representaciones del cuerpo en el arte de los antiguos mayas, a través de una selección de objetos de cerámica, jade, concha y piedra de diferentes estilos y temporalidades, que van del Preclásico Tardío (500 a.C.-250 d.C.) al Posclásico Tardío (1250-1527 d.C.).
Mayas, el lenguaje de la belleza, organizada por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fue curada por Karina Romero Blanco a partir del resultado de las investigaciones de diversos académicos especializados en el área maya, de disciplinas como arqueología, antropología física, epigrafía e iconografía, desarrolladas de manera sistemática a lo largo de varias décadas.
La muestra se divide en cuatro núcleos temáticos: El Cuerpo como Lienzo hace referencia a los paradigmas de la belleza manifestados a través de las modificaciones corporales que se practicaban los antiguos mayas, como el modelado cefálico, las escarificaciones y el limado dental; en las piezas se observa la estética que los antiguos mayas proyectaban en sus propios cuerpos.
El Cuerpo Revestido presenta la vestimenta como una forma de expresión y comunicación dinámica, en constante evolución, a través de la cual se manifiestan la cultura, estatus social, profesión, procedencia, personalidad, gusto y estado de ánimo, entre otros.
Los textiles prehispánicos son escasos, pero a través de las figurillas halladas en la isla de Jaina y en varios sitios más, se sabe acerca de la apariencia, variedad, diseños y temas usados por los antiguos mayas; en las piezas en exhibición se observa la complejidad de la confección de las prendas y los bellos bordados, brocados y deshilados que las decoraban y que reflejaban el nivel social.
La Contraparte Animal alude a las representaciones de estos seres que, de acuerdo con la cosmovisión maya, acompañan al humano desde su nacimiento. Aquí se aprecian representaciones naturalistas de la fauna e imágenes de seres sobrenaturales, como humanos con atributos animales y viceversa, o seres fantásticos resultado de la unión de dos o más bestias.
Los Cuerpos de la Divinidad muestra la visión que tenía esta civilización de sus múltiples deidades y entidades sagradas. Sus representaciones combinan características humanas con elementos animales, vegetales y otros imaginarios. A esos dioses y seres superiores atribuyeron el origen de los fenómenos naturales a los que temían, y de la expresión material y espiritual de todo cuanto existe.
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