Latentes los riesgos ambientales por el volcán Popocatepetl

Ante el constante emisión de cenizas del volcán Popocatepetl, esto podría acarrear diversos problemas ambientales como es el depositó de la misma en el ecosistema local, así como contaminar cuerpos de agua; afectar a cultivos,  a animales; y ser un riesgo de protección civil al depositarse estas cenizas en techos mal construidos que pueden colapsarlos; se puede tapar alcantarillas, y pueden dañar infraestructura urbana, indicó en entrevista con Mi Ambiente, el Director de la carrera de Ingeniería en Desarrollo Sustentable del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, Omar Rojas García.

Esta región que puede verse afectada, tanto del estado de Puebla y el Estado de México, indicó el investigador es una zona que si bien recibiría afectaciones no se puede pensar que quede inhabilitada en el futuro para ser habitada por las comunidades que viven en las cercanías del coloso.

Sin embargo, dijo que el mayor riesgo es la probabilidad de que ocurra algo con consecuencias negativas, esto pensando en el caso de que ocurra una erupción que aumenta el riesgo latente de la población de vivir cerca de un volcán. “Pero, el volcán Popocatépetl está activo y ha dado muestras de «vida» desde 1994, sin que se hayan reportado daños o desastres mayores”.

Especificó que debe ponerse especial atención en protección de las fuentes municipales de agua potable, así como de los recipientes de almacenamiento caseros y abrevaderos de animales, esto por la caída de ceniza, no ir a la zona cerca del volcán, en caso de no ser necesario y estar al pendiente de la información en los medios de comunicación

Además que los cultivos cercanos de seguir con presencia constante de ceniza corren el riesgo de ser una zona que pierda su productividad ya que ésta es un material contaminante (52-63% Sílice en Andesitas) y abrasivo. “Definitivamente es nocivo para las plantas pues puede generar en caso de una depositación extrema de ceniza los siguientes impactos: Clorosis y necrosis de las puntas de las hojas, retardo en el crecimiento de las plantas, daño a las raíces.

Señaló que en México se cuenta con cierta experiencia en dado caso de una erupción, ello por el hecho sucedido en Chiapas en 1982 (Volcán Chichón), y que además se debe tener también atención en el caso del volcán de Colima, y el Chichón en Chiapas, y que se consulta en:  http://www.geofisica.unam.mx/vulcanologia/spanish/volcanes.html.

Sobre si en México se tiene una real cultura de la prevención en caso de desastres naturales, dijo que “la gente que vive a las faldas del Popo, ya están «acostumbradas», a sus exhalaciones, explosiones, temblores regionales, incendios por expulsión de material incandescente que ha incendiado las cañadas aledañas; es decir, ellos viven día a día con ello, no son ajenos al riesgo que implica vivir cerca de un volcán.

Por ello es muy importante que día a día se informe a la población respecto a las medidas de seguridad inherentes a una posible erupción o exhalación de cenizas y depósito de cenizas.

Finalizó que “el hecho que no se presente hasta ahora un escenario de catástrofe, no significa que no haya un riesgo inminente, es decir, las autoridades y la población debe estar alerta ante cualquier suceso relacionado al volcán y la emanación de cenizas, las cuales son tóxicas y abrasivas y en el DF no por estar «acostumbrados a la contaminación atmosférica o bien a la inseguridad, no implica que debamos «bajar la guardia» o dejar de estar alerta y atentos ante las medidas de seguridad, para disminuir el riego.