La directora y fundadora del Instituto Global para la Sostenibilidad (IGS), Isabel Studer, comentó a Mi Ambiente que la Reunión de las Partes de Naciones Unidas (COP20), a desarrollarse en Lima, Perú, brinda ciertas esperanzas en acuerdos ambientales, debido a los acontecimientos recientes de los anuncios de Estados Unidos y China en mitigar sus emisiones de gases de efecto invernadero y su apuesta a energías renovables.
Indicó que si bien esto es un gran avance, aún no es suficiente, ya que se requiere un consenso global para controlar las emisiones planetarias y el reto de Lima será encontrar los instrumentos políticos adecuados para que las mayores naciones emisoras asuman compromisos que ayuden a no rebasar los 2 grados centígrados de alza en la temperatura.
En caso de no actuar, habrá afectaciones muy severas a otros sistemas ecosistémicos como son territorio, alimentos, biodiversidad, etc., y que se multipliquen los daños a la humanidad; en la COP20 se espera con optimismo que otras naciones opten por nuevos compromisos ambientales, expuso.
En relación a México, detalló que ha hecho la tarea en sentar su andamiaje institucional legal, pero da una imagen de incongruencia entre lo establecido en la Ley de Cambio Climático y la Reforma Energética. Pese al programa de energías renovables no deja en claro el impulso a este sector, ya que el gobierno federal no quiere distanciarse de fomentar las energías fósiles o apostarle al gas natural, pero sin sentar las bases para que las energías renovables tengan una mayor participación en la generación de electricidad.
Dijo que “debemos atender al nuevo contexto mundial, donde competimos con China, que ahora busca darle prioridad a las energías renovables por los beneficios que traen, ámbito que en México no ha sido bien atendido”.
Desde 2010 se acordó actuar para que la temperatura no aumente más de 2 grados centígrados y en la COP16 en Cancún, se creó el Fondo Verde mundial; en la siguiente edición, en Durbán, Sudáfrica, se negoció un nuevo protocolo, pero no se concretó al politizarse el evento; un año después, en Doha, Qatar, se acuerdan las enmiendas del Protocolo de Kioto y asegurar su continuidad. Para ello, se designa la sede del Fondo Verde a Songdo, Corea del Sur. En Varsovia, Polonia, en 2013, se decidió el análisis de lo que cada país puede aportar en mitigación para antes del 2020.
A la COP20 se llegará con algunos avances, como el Acuerdo de los “Ocho Esenciales” que hizo posible el arranque del Fondo Verde con una bolsa de 9 mil 600 millones de dólares; la Cumbre sobre el Clima, convocada por la ONU; la presentación del V Informe del IPCC; la PreCOP social de Cambio Climático y los anuncios de la Unión Europea, entre los más esenciales.
Adrián Fernández, representante en México de la Fundación Climate Works, dijo que debe reformularse la política pública nacional para hacer transformaciones que incluyan políticas de mitigación, en base a no sólo destinar recursos económicos, sino acciones que, al momento, no son realizadas. Esto es un gran pendiente de la Federación y recalcó que la actual administración vive un momento muy álgido, a diferencia de gobiernos anteriores que mantenían discursos proactivos.
Recalcó que “en estos tiempos, la retórica no basta, sino que son las acciones las que están hablando en la realidad. Además, no se ha expuesto claramente las metas que dependan de recursos extranjeros y privados, a diferencia de las que se solucionarían con dineros propios”. Añadió que debe aclararse las metas condicionales, ya que de las naciones emergentes Indonesia es el único que lo aclaró al 100%.
En entrevista con Mi Ambiente, declaró que México puede beneficiarse de los acuerdos que se consigan en la COP20, ya que, al ser una nación emergente, se pueden evaluar las oportunidades de inversión e infraestructura en baja intensidad de carbono que derive en bien ambiental y desarrollo social.
Indicó se debe continuar con los diálogos y ello nos permita presentar proyectos bien definidos en los nuevos organismos internacionales que contarán con recursos económicos mundiales que pueden fondear estos programas, no sólo con donativos, sino con préstamos a muy bajos intereses. “Podríamos ser de los primeros al tener proyectos muy robustos y transparentes donde se aprecie que lo recibido se invertirá de buena manera”, dijo.
MEXICO Y LA COP20
Durante el Foro: “México rumbo a la COP20: ¿Cumpliendo sus compromisos?”, realizado por el IGS y el Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México, Alejandro Rivera Becerra, director de Cambio Climático (CC) de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER), indicó que las expectativas de México en la COP20 es que todos los países establezcan acciones de mitigación, adaptación y financiamiento, ciclos de las contribuciones nacionales, información adelantada de sus contribuciones, transparencia en rendición de cuentas, borrador del texto del nuevo acuerdo y que el tema no exacerbe las diferencias que ya tienen entre los países y ofrecer equidad de género en las acciones que se tomen.
Señaló que en este evento se debe presentar el borrador del acuerdo global establecido para las acciones de mitigación y adaptación, que se cuente con el mismo en todos los idiomas en marzo del 2015, y que las discusiones se concentren en aspectos como son las metas de financiamiento, bosques, incentivos para países no Anexo-1 y establecer sus contribuciones, enfoques de transparencia en el acuerdo, informes nacionales y de sus avances y retos, además, tomar en cuenta que el concepto politizado en el cual se ubica el precepto de responsabilidades comunes, pero diferenciadas.
Carlos Muñoz, coordinador de Investigaciones Económicas del Centro Mario Molina, ha declarado que México, al ser una nación subdesarrollada está muy débil en fondos, infraestructura y acciones de prevención de contingencias ambientales.
MÉXICO NO ACTUA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Víctor Manuel López López, investigador del Instituto Tecnológico de Saltillo, dijo que no se hace nada realmente importante por atajar los efectos del principal detonante del CC, que es la emisión atropogénica de los gases de efecto invernadero, ya que se continúa trabajando por separado. “Por un lado va el discurso, ponencias, reuniones y conferencias, pero no se hacen cosas pragmáticas al interior de las instituciones académicas”.
El especialista en desarrollo sustentable añadió que es responsabilidad del Estado mantener orientada a la población acerca de los impactos que representa el CC. “Se requiere información, conocimiento y voluntad de la población y es el Estado quien tiene que instruir y colaborar con las instituciones educativas en preparar información y difundirla, ya que pese a que existe demasiada información de lo que es y representa el CC, son muy pocas las personas que tienen acceso a ello”, subrayó.
Al participar en el 1° Foro Nacional Juvenil de Desarrollo Sustentable, que organiza la Unidad Nacional de Asociaciones de Ingenieros, A.C. (UNAI), señaló que este fenómeno es un efecto que difícilmente se pueda revertir puesto que la mayoría de la sociedad no está consciente de lo que realmente sucede con este fenómeno y de la capacidad que posee de contribuir a mitigarlo.
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