La zona metropolitana del Valle de México se construyó sobre los lagos de Texcoco, Xaltocan, Zumpango, Xochimilco y Chalco, que en la época de lluvias se convertían en uno solo de 2 mil kilómetros cuadrados de superficie.
Esto explica el porqué, de las inundaciones que padecen los habitantes de la ciudad más grande del mundo, cuando el Dios Tláloc se hace presente con copiosas lluvias que vuelven insuficiente el sistema de drenaje del Distrito Federal, causando cuantiosas pérdidas económicas y de productividad.
Entre otros, dos son los problemas permanentes que aquejan a la Ciudad de México: el desalojo del agua de lluvia cuya precipitación es aproximadamente de mil milímetros al año, cuando la media nacional es del orden de 772, y el hundimiento por la sobre explotación de los mantos acuíferos.
Desde su construcción e, incluso, las ampliaciones realizadas, la capacidad del sistema de drenaje de la Zona Metropolitana es insuficiente y presenta serios problemas. Basta comparar la capacidad que tenía en 1975 con la actual, menor en un 30 por ciento, para servir al doble de población calculada en 19.2 millones de habitantes.
La incapacidad de desalojo del agua residual se le achaca a la pérdida de pendiente, ya que la ciudad se encuentra 10 metros por debajo del nivel del Lago de Texcoco, ello implica una disminución de la capacidad hidráulica de los cauces superficiales del drenaje y que se incremente la posibilidad de inundaciones.
Lamentablemente, la ciudadanía tuvo una muestra palpable en septiembre, cuando se registró una lluvia torrencial que afectó más de 3 mil viviendas, 2 mil vehículos, 5 estaciones del metro y se cancelaron más de 100 vuelos por la acumulación de agua en las pistas del aeropuerto.
La respuesta de las autoridades de la Dirección del Sistema de Aguas del Distrito Federal y de la Comisión Nacional del agua (CONAGUA), fue la determinación de aplicar los 5 mil 985 millones de pesos del Fondo Metropolitano, correspondiéndole a la Zona Metropolitana del Valle de México , Distrito Federal, Hidalgo, y México, 3 mil 300 millones de pesos para financiar la ejecución de estudios, planes, evaluaciones, programas, proyectos, acciones, obras de infraestructura y su equipamiento.
Algunas de estas obras se encuentran en marcha y se deberán continuar. También, proyectar acciones transexenales, como el segundo Túnel Emisor Poniente que dará salida a las aguas negras y de lluvia. Por lo pronto, 30 millones de pesos que costará el proyecto ejecutivo ya están liberados, como anunció el titular de la Conagua, José Luis Luege.
El otro lado de la moneda recae en la responsabilidad de las autoridades capitalinas, quienes deberán realizar acciones de desazolve para prevenir inundaciones y encharcamientos, dejando de lado inversiones faraónicas de relumbrón mediático e inmediato.
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