Sudáfrica sorprendió al mundo con su vistosa inauguración.
El sueño africano se organizar un Mundial de Futbol se cumplió. Al principio, muchos daban poco crédito a este evento; sin embargo, lo logró, al final de cuentas.
La sede, Johanesburgo, al igual que en el 2002, acapara la atención mundial. En ese año, fue sede de la reunión internacional sobre Medio Ambiente que cimentó el desarrollo de los actuales programas en este rubro, calificado de urgente solución.
El futbol no es la vía más adecuada para luchar contra el calentamiento global; por el contrario, aumenta considerablemente la huella ecológica de quienes asisten a este espectáculo, pero sí es la vitrina adecuada para mandar algunos mensajes sobre el cuidado del Planeta.
Una reseña de lo que acontece en la nación africana, junto con algunos signos del interés que muestra la Humanidad por superar la presunta dicotomía entre espectáculo y Medio Ambiente es lo que presentamos en esta edición.
Al iniciarse la justa futbolística, nuestro seleccionado, por instantes pasó del gozo al pozo y viceversa, en su empate contra los anfitriones.
En diversas zonas del país era evidente que México pisaba la grama de Jonannesburgo. Las oficinas se paralizaron, los establecimientos lucían vacíos, los cafés y restaurantes tenían una afluencia superior a la normal.
Situación que se repetirá, cuando menos un par de ocasiones más, con la esperanza de que se dé el tan anhelado pase a segunda ronda.
México tiene una larga historia mundialista. Desde Uruguay 1930, al inaugurar aquella primera Copa del Mundo hasta la larga excursión en barco de casi dos meses para llegar a Italia 1934.
También las oportunidades de gloria al ser sede en 1970 y 1986. Pero eso quedó en el olvido. Al rodar el balón desde este pasado 11 de junio, la civilización global quedó inmersa en su rodada por el pasto.
Se calcula que más de mil 200 millones de personas vieron este encuentro (más de un sexto de la humanidad), apasionados o no al futbol, deporte que transforma la mente de miles de millones, bajo el principio popular de que el futbol es “lo más importante de lo menos importante”.
En relación al tema ambiental el seleccionado mexicano participa en forma directa en favor del Medio Ambiente, por medio de Fundación Televisa y Pronatura, en base a los goles anotados que se convierten en hectáreas reforestadas.
Tema que, a consideración de Mi Ambiente, debiera ser replicado de forma permanente, sumado a campañas como Gol Verde de la FIFA. Sin embargo, eso acaba siendo harina de otro costal, pues millones de mexicanos, por lo menos un mes, dejarán en el cajón del olvido sus problemas y las “pintas” en la escuela serán más de las comunes.
México y Sudáfrica, en materia ambiental, tienen metas similares y serás sedes consecutivas de la Reunión de las Partes (COP). Este año corresponde a México; el próximo, a Sudáfrica.
La afición pone su parte con su entusiasmo, corazón y su menguada economía doméstica que en pocos días, agotó las playeras negras del seleccionado, que tanto ha gustado. Los servicios de comida y todo el merchandais alterno ofrecen sus ofertas del año. Ahora queda en los 23 hombres de Aguirre cumplir sus objetivos y las promesas eternas de pasar de ser el “ya merito”.
No queda de otra que seguir, paso a paso, los resultados y dejar que el futbol, un juego que ralla en el azar, actualmente, deje caer sus números favoritos del lado mexicano y permita que la considerada mejor selección –hombre por hombre- en la historia azteca, ofrezca satisfacciones a sus millones de seguidores, aquí, y quienes los acompañan en ese país que mucho tiempo fue región exótica para el mundo.
SUDAFRICA, SEDE VERDE
Sudáfrica es una de las naciones que, junto a México, Brasil e India, abogan por cambios en las políticas y ayudas internacionales en materia de Cambio Climático (CC) y, con el Mundial, su capital, Ciudad del Cabo, lanzó el programa Green Goal 2010, elaborado por la organización Konrad Adenauer Sitftung.
A diferencia de Alemania 2006 que, en principio, identificó 41 programas de acción transversal en 9 áreas clave: energía, optimización en agua potable, gestión de residuos, transporte sostenible, biodiversidad, arquitectura sostenible, turismo responsable, sensibilización medioambiental y monitoreo de datos e indicadores.
En Johannesburgo, se invirtieron 50 millones de euros para la creación de un servicio de transportes público eficiente, inexistente hasta ahora en la ciudad.
Estudios locales indican que los grandes retos que registra Sudáfrica son aumento de la contaminación, recursos naturales explotados de forma no sostenida, calidad del agua deteriorada y 20 especies de peces endémicos, sobreexplotados.
Esta nación tiene más de 20 mil plantas diferentes, que representan cerca del 10% de todas las especies conocidas del mundo, aunque sólo 1 por ciento de su territorio es bosque.
Su extensión territorial es de 1 millón 219 mil 080 kilómetros cuadrados. Se ubica en el extremo sur de África y cuenta con casi 2 mil 800 kilómetros de costa hacia los Océanos Atlántico e Indico.
Esta gran variedad de recursos naturales no pueden ser aprovechados del todo por su situación económica que agudizó la globalización mundial.
Muchos países han logrado adaptarse a los cambios, pero Sudáfrica no los ha superado.
Tal vez, el factor que más incide en esta situación es la explosión demográfica que registra, la cual sufre, cada vez en mayor grado, las carencias de respuestas a sus demandas.
Los analistas indican que para superar con éxitos sus problemas, Sudáfrica debe dar más prioridad a la solución económica y luego actuar sobre la defensa de sus demás atrasos, entre ellos, el aspecto ambiental, que están en crisis, mediante acciones en trabajo, salud y educación, entre otros.
Sudáfrica cuenta con las mayores posibilidades de elevarse a un nivel de desarrollo comparado con las naciones del primer mundo, pero no goza de la misma capacidad de inversión, poder adquisitivo y mecanismos necesarios para lograr tal ascenso.
Sin embargo, estas aspiraciones apuntan a cubrir las prioridades básicas que, hasta ahora, se encuentran ocultas bajo una realidad universal, sostienen investigadores sobre esta nación que ha saltado a la escala internacional con fuerza, debido al presente Mundial de Futbol.
El Mundial paralizó a la ciudad. El zócalo capitalino se convirtió, el imán de los aficionados.
Gol verde
Este proyecto de la FIFA, “Green Goal”, tiene el objetivo de que Sudáfrica sea un Mundial Verde con acciones que se plantean llevar a cabo en las ciudades con acciones que irán desde la racionalización de energía en los estadios, y que el agua pluvial utilizada en el regado de campos, los vestidores, sanitarios de los aficionados, etc., sea reusada.
Sudores en la cancha; tensiones en las tribunas.
En México, futbol peleado con la ecología
2010, año mundialista conlleva diversos beneficios comerciales, publicitarios, de infraestructura, etc., pero en México en el ámbito de desarrollo sustentable, sencillamente, se ignora.
Por citar un caso, el estadio del Club Monterrey ha recibido diversos retrasos al no contar con un proyecto idóneo para su nueva sede que se planteaba en el parque ecológico La Pastora.
Otro caso fue documentado desde hace más de 4 años en el que el club Pachuca ha sido culpado de apoderarse de terrenos y de bienes raíces por todas las zonas de la ciudad, bajo el amparo del partido gobernante en Hidalgo.
Se denunció que el Club Pachuca lucró con tierras de ejidatarios hidalguenses como la venta de 124 hectáreas localizadas en una zona estratégica de la capital hidalguense.
Balones energéticos
El Mundial de Sudáfrica sirve de sustentó para diversas iniciativas globales en materia de sustentabilidad. Ejemplo de ello es el proyecto Soccket que es un balón de fútbol que genera energía mientras juegas con él. Este objeto deportivo fue diseño por estudiantes de la Universidad de Harvard. El balón se define por capturar energía generada por impacto (patadas) que recibe durante el partido.
La electricidad generada de esta manera se almacena en su interior y por la noche se puede utilizar para encender una lámpara LED o cargar un teléfono celular, indicó la BBC de Londres.
Esta propuesta se implementó de forma experimental en África, con planes de ser llevado a diversos poblados de todo el mundo que padecen por la falta de energía eléctrica.
Este balón eléctrico les daría la oportunidad de tener una luz por un determinado período en las noches. Soccket podría ser un medio de ayuda para los mil 500 millones de personas que viven en zonas sin acceso a la electricidad a lo largo del Planeta.
Playeras de reciclaje
La empresa comercial Nike, especializada en calzado y ropa deportiva, se ha unido a objetivos ambientales mundiales y con motivo de la Copa del Mundo de futbol, anunció que los seleccionados que están firmados con su marca de playeras usarán dichas prendas confeccionadas en base a poliéster reciclado de botellas de plástico. Entre sus clientes están: Brasil, Holanda y Portugal.
Con esta política de sustentabilidad Nike ahorrará 30 por ciento de consumo de energía para fabricar el poliéster de una playera normal; además de recuperar 13 millones de botellas de los tiraderos en un estimado de 250 toneladas de plástico, que se utilizaron en las camisetas comercializadas en Sudáfrica.
¿cómo vemos en @miambiente a Sudáfrica? http://www.miambiente.com.mx/?p=5206 ¡otra cosa!