Recientemente, trece agencias federales del gobierno de los Estados Unidos reconocieron mediante la Cuarta Evaluación Nacional del Clima en los Estados Unidos (EEUU), las implicaciones económicas y sociales que el cambio climático representará para ese país, si se falla en tomar acciones inmediatas para la mitigación de este fenómeno mundial.
Los hallazgos que arrojan tanto la Evaluación Nacional del Clima, que fue elaborada por al menos 300 científicos, como los del IPCC, respaldan la intención que la comunidad latina que habita en territorio estadounidense ha expresado incesantemente sobre tomar acción para dar atención oportuna a la problemática del cambio climático.
Para muestra del interés de los hispanos por tomar acción, basta hacer referencia a la más reciente encuesta de LatinoDecisions, que se llevó a cabo durante las pasadas elecciones intermedias, donde se encontró que el 55 por ciento de los latinos encuestados en todo el país declaró que es mucho más probable que apoyen a candidatos que busquen reducir la contaminación por carbono (que acelera el cambio climático).
Además, del total de los encuestados, 49 por ciento de ellos considera que es extremadamente importante que el nuevo Congreso apruebe una legislación para combatir agresivamente el calentamiento global.
De acuerdo a una investigación de Karen Janett Carranza Jiménez, de la organización latina LatinInforma en los Estados Unidos, quien señala que aunque el estudio presentado por el Programa de Investigación sobre Cambio Global no hace mención expresa al Informe 2018 del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, reconoce de la misma manera las afectaciones sobre la salud y el bienestar humano que la población en general, y en especial la comunidades más vulnerables, sufren a consecuencia del calentamiento global.
El aumento de tan sólo 1oC ó 1.8oF en las temperaturas que se reportan en el país entre 1901 y 2016 ha provocado en los últimos años el aumento de sequías e incendios forestales y del nivel del mar, así como el derretimiento de glaciares, al tiempo que ha propiciado que otros fenómenos climatológicos como los huracanes, se presenten cada vez con mayor intensidad.
Citó que «desde las inundaciones que anegan nuestras costas, hasta las sequías que acaban con nuestras cosechas, pasando por los incendios en las montañas hasta los corales que mueren en el mar…», dice la presidenta del NRDC, Rhea Suh, «Estados Unidos nos está diciendo a todos que es tiempo de reducir la dañina contaminación derivada de los combustibles fósiles –que además está impulsando el cambio climático global– antes de que sea demasiado tarde».
Igualmente, Edward D. Vargas, Analista Senior de Latino Decisions.declaró que “más del 78 por ciento de los latinos han experimentado personalmente los efectos del cambio climático en su estado. Lo más dramático es que más del 65 por ciento han experimentado personalmente los patrones del clima extremo como son las mortales olas de calor, lluvias frecuentes e intensas, e inundaciones durante los últimos cinco años”.
De acuerdo con este informe publicado por la Administración Trump, el cambio climático que es provocado por las actividades humanas que hacen uso de combustibles fósiles y en consecuencia aumentan la liberación de gases de efecto invernadero, podría seguir trayendo afectaciones severas a la nación y dejaría en mayor estado de vulnerabilidad a las comunidades más pobres y marginadas, así como a los Pueblos Indígenas, quienes dependen directamente de los ecosistemas naturales para sobrevivir.
Además, señala que “sin esfuerzos sustanciales y sostenidos de mitigación global y adaptación regional, se espera que el cambio climático provoque pérdidas a la infraestructura y propiedad estadounidense, obstaculizando la tasa de crecimiento económico a lo largo de este siglo”.
De acuerdo con Nathaniel Keohane, Vicepresidente Senior de Clima del Fondo de Defensa Ambiental (EDF por sus siglas en inglés): “lo más importante del informe es que deja en claro la necesidad de una acción fuerte y de sentido común por parte de los sectores público y privado, que corren el riesgo de quedarse peligrosamente cortos sin una respuesta adecuada del gobierno”.
Si el gobierno falla en anticipar los impactos interconectados -claramente evidentes- que el cambio climático trae consigo, podría derivar en oportunidades perdidas para la mitigación y adaptación del país, entre las que se incluyen la transición energética hacia el uso de energías limpias y renovables y la conservación y restauración de ecosistemas naturales que contribuyan a la captura y almacenamiento de carbono; lo que reduciría a su vez las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin acción oportuna para la preservación de espacios naturales prioritarios para mantener la biodiversidad y equilibrio ecológico, también el sector turístico podría verse gravemente afectado por la pérdida de espacios naturales como parte de las costas de Florida. La administración y el Congreso, están obligados y deben plantear soluciones de acción climática inmediata, que puedan garantizar la seguridad, la salud y prosperidad de los Estados Unidos. El tiempo se acaba, y tal como se plantea en el último informe del IPCC “nos quedan escasos 12 años para evitar el desastre climático”.
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