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Mesoamérica, falla que algún día despertará

El sismo del martes pasado, con magnitud de 7.8 grados en la escala Richter, que mide 10, puso al descubierto la importancia sismológica que tiene para los Valles de México y de Toluca profundizar en los detalles de la falla Mesoamericana o de Zihuatanejo, por su cercanía y potencial de desarrollo.

En nuestro país existen cuatro fallas geológicas principales: Falla de San Andrés, Falla Mesoamericana, Eje volcánico transversal y Falla del Cañón del Sumidero.

Hasta ahora, la más estudiada ha sido la de San Andrés, que corre casi paralela al Océano Pacífico y que se continúa con el Eje Volcánico Transversal. De la Mesoamericana se conoce todavía muy poco, relativamente.

Sin embargo, estudios sismológicos indican que no ha expulsado su energía desde 1911, por lo que existe el potencial latente de que en cualquier momento se presente un fenómeno telúrico similar al que causó los terremotos de 1985, que devastaron a la Ciudad de México.

El mismo Sistema de Alerta Sísmica (SAS) de la Ciudad de México recomendó atender con mayor acuosidad esa falla.

Según información histórica del SAS de principios del siglo XX y estudios sobre la actividad sísmica de la costa de Guerrero, medida entre 1984 y 1987, prueban que existe una condición de silencio sísmico entre los puertos de Zihuatanejo y Acapulco, en una región donde deberá ocurrir un movimiento sísmico de proporciones similares al de 1985 que causó grandes daños en la ciudad de México.

Aunque no hubo desgracias personales que lamentar, la población vivió una sicosis y trajo a su mente los terremotos de 85.

En 1986, ante el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, recomendó desarrollar un estudio de factibilidad social y técnica para instrumentar un sistema de alerta sísmica, con sensores en la costa de Guerrero, útil para reducir el alcance de futuros desastres sísmicos que puedan sufrir los Valle de México y de Toluca.

 

Este sistema opera de manera continua desde agosto de 1991 y su objetivo es emitir avisos anticipados de alerta sísmica a la ciudad de México, en caso de ocurrir sismos en la región cubierta por las estaciones sensoras en Guerrero.

Sin embargo, todavía es muy rudimentaria su prevención, como ocurrió el pasado martes con el sismo referido, cuyo epicentro fue Ometepec, Gro., población ubicada en la Costa Chica guerrerense, donde se ubica la Falla Mesoamericana.

Por fortuna, los desastres no fueron altos, a pesar de su magnitud. Los reportes oficiales dieron cuenta de sólo 11 lesionados, nueve en Oaxaca y dos en la Ciudad de México, sin que haya reporte de personas fallecidas a consecuencia directa del temblor.

“México ha aprendido mucho, ha avanzado mucho en materia de protección civil desde el temblor del 19 de septiembre de 1985”, dijo Alejandro Poiré, secretario de Gobernación (Segob), al evaluar los resultados del movimiento telúrico.

Se presentaron algunas fallas eléctricas y el Sistemas de Agua, según reportes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que se subsanaron horas más tarde.

La ocurrencia de este tipo de eventos se suceden cada 15 a 20 años, según estudiosos y la misma población, tanto en México como en otros países, como Chile, donde la sociedad tenía referencias (no confirmadas) que el 20 de marzo habría un sismo de la magnitud citada, aunque los especialistas desecharon tal posibilidad, al considerar que tal “posibilidad es probable, pero es una justo en esa fecha en 1 millón”. Refirieron que en Chile “tenemos un periodo también de 15 a 20 años y coincide más menos siempre. Pero así como acertarle justo un día determinado es muy difícil. Lo más probable es que no suceda nada el 20”.

El territorio de México contiene gran diversidad de formaciones geológicas. En el centro y norte hay altiplanicies. Dichas altiplanicies están rodeadas de cordilleras. La península de Yucatán es una región de tierras bajas, la mayor parte del país tiene elevaciones geológicas, los bosques mexicanos se encuentran en su mayoría en las montañas. Al encontrarse en una zona donde hay gran actividad tectónica, México tiene numerosas fallas, zonas sísmicas y volcanes.

La falla Mesoamericana se ha puesto en acción varias veces, como en el terremoto de México de 1957 o en el de 1985. En la falla de San Andrés no es novedad que existan sismos, sin embargo, ocasionados por esta falla no han tenido una magnitud tan grande como la Mesoamericana.

Estadísticas del SAS

En los primeros 18 años de funcionamiento continuo, el SAS logró determinar poco más de 2000 sismos con magnitudes entre 4 y 7.3. De estos eventos detectó 53 de rango moderado y 13 de rango fuerte, de los cuales 53 generaron “alerta preventiva” y 13 generaron “ alerta pública”.

2 Comments

  1. PRINCESITA

    QUISIERA QUE PUSIERAN MAS ACERCA DE ESTAS FALLAS DONDE SE UBICAN, CUANTO TIENE, ETC.

  2. PRINCESITA

    QUISIERA QUE PUSIERAN MAS ACERCA DE ESTAS FALLAS DONDE SE UBICAN, CUANTO TIENE, ETC.