México: Pobreza, hambre y ecocidio

Más de la mitad de la población nacional, unos 50 millones de habitantes, padece de pobreza y por tal situación se ven forzados a subsistir dañando a los ecosistemas que les rodean, como la tala de zonas boscosas y venta ilegal de fauna e invasiones en sierras y laderas de montes, a las afueras de las ciudades, convirtiéndolas en ciudades perdidas.

Ante este panorama, especialistas aseguran que han sido totalmente ineficaces las políticas de prevención de la pobreza, pues no la han subsanado, pero sí han dañado al Medio Ambiente.

En entrevista con Mi Ambiente, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Gerardo Ceballos, afirmó que México es uno de los países con más problemas ambientales con fragmentación de ecosistemas y erosión de suelos, problemas que inciden en la pérdida de la biodiversidad que se vuelven incompatible con la pobreza.

En México, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) considera que 54 por ciento de los mexicanos viven en pobreza patrimonial -menos de 4 dólares diarios- mientras que el 32 por ciento lo hace con menos de 2.5 dólares, y 24 por ciento con menos de 2. Los Estados de mayor pobreza son Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Tabasco y Durango.

Sostiene que «la destrucción de la Naturaleza no soluciona la pobreza, sino la aumenta. Es un problema de progreso económico inadecuado, debido a que estas políticas de desarrollo han sido incorrectas desde el punto de vista social y ambiental, que nos ha orillado a esta una situación donde, por un lado, la mitad de la población con pobreza y con grandes problemas ambientales, en el otro».

Dijo que «tenemos dos cuestiones: el deterioro, propiciado por las políticas inadecuadas de desarrollo y destrucción de bosques, que es contraproducente, pues se crean más pobres», cosa que en México no se ha logrado entender, y menos detener.

Actualmente, según la Secretaría de Hacienda (SHCP) el Cambio Climático (CC) ya tiene un costo en la economía nacional estimado entre 300 a 1000 millones de dólares, que impide crear empleos. Para los años venideros, al 2030, de no actuar contra él, la afectación subirá a unos 5 mil 990 millones de pesos anuales.

Tanto Ceballos como Rodolfo Dirzo, profesor de la Universidad de Stanford, coincidieron en que debe establecerse, de inmediato, un proyecto de desarrollo nacional con base sólida ambiental que solucione la pobreza y mantenga una plataforma sustentable a largo plazo.

De acuerdo el Centro de Ciencias de la UNAM para el 2080 no sólo la pobreza, sino el hambre harán estragos en México, pues 35 por ciento de la producción agrícola mexicana se verá afectada por el CC y la agricultura de temporal desaparecerá

Entre otros de los signos que el CC provocará en México, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), será que la escasez de agua incrementará la sequía en el país, alcanzando una situación crítica en el 2010.

De esa forma, se afectarán los principales estados productores de maíz, como Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Chihuahua, además que ya se registran peligrosas desecaciones en los pozos de agua en la Comarca Lagunera, principal área productora de leche.

Aunado a diversos estudios mundiales, que detallan que algunas soluciones ambientales están matando de hambre a los pobres, según la International Food and Agricultural Policy de la Universidad de Minnesota, los biocombustibles conllevan una política equivocada.

Esta oficina pone de ejemplo que para llenar un tanque de un auto se requieren 25 galones de etanol lo que se traduce en más de 204 kilogramos de maíz y dicha cantidad de cereal contiene proteínas y calorías suficientes para alimentar a una persona por un año.

El maíz es el principal alimento de la población más pobre y este año, junto con los otros granos básicos y el sorgo, redujeron su producción hasta en 50 por ciento, por la sequía, según informes de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa).

NOS FALTA ETICA PARA ACTUAR

Mario Molina, Nobel mexicano, comentó que no podemos seguir copiando el desarrollo social y económico de siglo XX, pues desde el punto de vista económico, «nos sale más caro funcionar como sociedad que como hace años. Ya no podemos seguir arrasando con las zonas naturales, pues tiene gran afectación en la vida y genera gran pobreza y hambre».

Explicó que hoy se cuenta con los medios suficientes, tanto económicos como sociales, para detener los desastres que afectan a la humanidad, pero no se llevan a cabo. «Es un imperativo de valores éticos no dejar a las futuras generaciones un Planeta que no brinde niveles de vida básicos».

A pregunta expresa de Mi Ambiente, el titular de la Secretaría del Medio Ambiente (Semarnat), Juan Rafael Elvira, dijo que «las últimas generaciones no sólo fuimos faltos de ética, sino brutalmente asesinos de la Naturaleza». Ejemplificó que en los siglos anteriores se abusó de los ecosistemas; en el siglo XX, se tuvo un crecimiento humano desmedido y ahora estamos padeciendo el CC.

FAO, DETENER HAMBRE, POBREZA Y EMISIONES

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) lanzó una iniciativa para la mitigación del CC por medio de una agricultura sostenible en países subdesarrollados baja en emisiones durante los próximos 5 años. Finlandia suministrará un apoyo inicial de 3.9 millones de dólares de 2010 al 2011. La agricultura es una de los principales generadores de emisiones, con cerca de 14 por ciento.

La crisis alimentaría llegó para quedarse

• La principal fuente de alimento son los cultivos de arroz, soya, maíz y trigo. Al ritmo actual de crecimiento humano al 2050, se requiere duplicar la cantidad de alimentos cultivando mil 500 millones de hectáreas.
• La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que existen más de mil millones de personas desnutridas en el mundo.
• El pronóstico más reciente de la FAO apunta a una merma de 3.4 por ciento en la producción mundial de cereales en 2009.
• En América Latina la producción de cereales este año se pronosticó, inicialmente en 124.6 millones de toneladas, aproximadamente, 14 por ciento menos que en 2008 y 4 millones de toneladas por debajo de la media de los últimos cinco años.

Fuente: ISSA, FAO, UNESCO.