Aunque se cuenta con legislaciones muy avanzadas, normas oficiales excelentes que se les tacha de perversas para modificarlas al antojo de los detractores de humedales y manglares, y programas rimbombantes, México carece de verdaderas políticas públicas medioambientales para frenar la devastación del país y de sus recursos naturales que empobrece más a los mexicanos. Esto viene a colación porque el pasado 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente.
Además, cada año aumentan los costos por la degradación ambiental y agotamiento de recursos naturales. Según el INEGI, en 2012, el costo fue equivalente al 6.3 por ciento del PIB que traducido en pesos significa 985,064 millones de pesos. Y eso sin tomar en cuenta los desastres causados por sequía, inundaciones, heladas y cambio climático.
Por su parte, Greenpeace México afirma que con base en datos oficiales de las autoridades, México pasó de 25 millones a 70 millones de mexicanos vulnerables a impactos del Cambio Climático.
Aunque las instituciones no se ponen muy bien de acuerdo, estos son algunos datos espeluznantes: La Comisión Nacional Forestal dice que el país ya sufre consecuencias de la desertificación, toda vez que la sequía y escasez de agua están cubriendo extensiones preocupantes por la sobreexplotación de los acuíferos. Se calculan 128 millones de hectáreas están afectadas por esos factores, siendo la región norte la más aquejada, seguida por la parte centro.
La erosión del suelo es considerada como uno de los problemas ecológicos más severos de los recursos naturales renovables de México. De los casi 200 millones de hectáreas del territorio nacional, 154 millones están sujetos a diversos grados de erosión (leve y moderada, entre 74 y 94 millones de hectáreas; severa y muy severa entre 60 y 80 millones de hectáreas), lo que representa 78.3 por ciento de la superficie del país, según Sedesol.
Agrega la Conafor: De las 22 ciudades consideradas importantes por su número de habitantes y lo que representa su actividad económica, 17 de ellas están asentadas geográficamente en zonas áridas, con una población estimada de 48 millones de personas.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informa que se tienen 74 millones 270 mil 821 hectáreas de suelo degradado a causa de las diversas actividades económicas.
Con antelación, el INEGI señaló que el 64 por ciento del país se encontraba erosionado por causas naturales, pero sobre todo, por la intensa actividad humana.
Por lo que toca al agua que se considera un recurso estratégico, informa 80 por ciento del agua residual se vierte sin tratamiento alguno porque son muchos los municipios que no tienen plantas tratadoras.
Solamente el 28 por ciento, algo así como 692 municipios, tienen servicio de tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, eso no quiere decir que tengan capacidad para tratar el 100 por ciento de sus aguas negras. Eso solamente lo pueden hacer algunas comunas muy grandes como Monterrey y recientemente Ciudad Juárez, Chihuahua, que desde 1954 comenzó a tratar parte de sus aguas servidas.
Los municipios que regresan el agua residual ríos, lagos, lagunas y mares, sin tratamiento alguno ascienden al 72 por ciento, o sea, 1,760 y de los 4 municipios restantes, se afirman que se desconoce si tienen o no servicio de plantas tratadoras.
Hay que poner en relieve que 47 por ciento (73 de los 154) de los municipios costeros no tiene planta de tratamiento de aguas residuales. Obviamente, vierten sus aguas negras al mar sin tratamiento alguno.
También indica que para tratar el 100 por ciento de las residuales se requieren 64 mil 632 millones de pesos. Esa cifra es superada año con año por aquellas empresas que se dedican a comercializar el agua.
Resulta inconcebible y absurdo que por esa cantidad cada año se contamine más y más el agua dulce disponible en el macizo continental del país.
De acuerdo con José Luis Luege Tamargo, exdirector de Conagua, 93 por ciento del agua superficial y subterránea existente en el país, tiene algún grado de contaminación que va de leve a altamente grave.
PESQUERÍAS SOBREEXPLOTADAS
De 99 pesquerías habilitadas en México (que comprenden 636 especies), ya sólo tienen potencial de desarrollo el 5 por ciento (5 pesquerías con 31 especies), entre las que destacan la jaiba y el calamar. El resto han llegado a su límite máximo o se encuentran sobreexplotadas.
Desde 2006, 57 por ciento de las pesquerías estaban en un nivel de aprovechamiento máximo, es decir, no podían soportar un incremento en el esfuerzo pesquero sin poner en riesgo al recurso. Otro 16 por ciento se encontraban en deterioro, es decir, que era necesario permitir su recuperación antes de volver a explotarlo. Además, de casi 3 millones de kilómetros cuadrados de mar que tiene México, solamente protege 11.04 kilómetros cuadrados.
En los últimos 25 años el deterioro ambiental se ha acelerado a escala mundial: 80 por ciento de las pesquerías están sobreexplotadas, 50 por ciento de los humedales se perdieron y desaparecen altas tasas de biodiversidad, y si todo sigue igual, todas estarán agotadas para 2050. Esto según el PNUMA que agrega que también se han perdido 35 por ciento de los manglares y 40 por ciento de los bosques.
ESTEROS Y MANGLARES
Alberto Cárdenas Jiménez y José Luis Luege Tamargo, acusaron a la NOM-059 de ser perversa y la modificaron al antojo de los industriales de la hotelería y turismo que ahora destruyen esteros y manglares equivalentes a 6 campos de fútbol al día. En total, México ha perdido el 65 por ciento de sus manglares. Hay que recordar que una hectárea de manglar genera beneficios ambientales por 37,000 dólares anuales y transformada para turismo deja recursos al gobierno federal por 350 dólares anuales.
DEFORESTACIÓN
Aunque se pretende tapar el sol con un dedo al seguir sosteniendo que en México únicamente se pierden 155,000 hectáreas de bosques y selvas al año por deforestación, para los académicos y ecologistas queda muy claro que en México no protege a la superficie arbórea y que ese programa de Tala Cero, es de risa.
Expresan que México perdió más de 95 por ciento de sus bosques tropicales húmedos (incluyendo selvas perennifolias y bosques mesófilos), más de la mitad de sus bosques templados y un porcentaje difícil de cuantificar de sus zonas áridas, pero que sin duda rebasa la mitad del acervo original.
BIODIVERSIDAD
Como es sabido, en las 5 pasadas grandes extinciones se perdió el 96 y 99 por ciento de las especies marinas y terrestres, respectivamente. De lo que quedó y de las especies que se conoce, actualmente se han desaparecido el 9 por ciento.
De no evitarse que el calentamiento climático se incremente en 2 grados centígrados más, entonces, para el 2050 se habrá extinguido el 50 ,por ciento de las especies conocidas y desconocidas.
Por lo que toca a México, del siglo XVII para acá, se tiene que se han extinguido 15 especies de plantas y 32 de vertebrados. Actualmente, los mamíferos marinos se encuentran en peligro de desaparecer, especialmente la vaquita marina, una buena parte de los demás animales y plantas.
CONTAMINACIÓN
Cada año, se está contaminando el suelo de México con más de 43 millones de toneladas de residuos sólidos, según el INEGI. Hay que agregar que cada municipio debe tener su relleno sanitario para el confinamiento de su basura, no es así. Son excepcionales los que cumplen con esta obligación de la legislación mexicana.
Por lo que se refiere a los residuos peligrosos, hay que señalar que son confinados adecuadamente un poco más de medio millón de toneladas al año. Y se calcula que cerca de 9 millones de toneladas de ese tipo de basura son depositados al aire libre. Se sabe que existen 432 sitios contaminados con esos residuos peligrosos.
De los más de 716 millones de toneladas de dióxido de carbono que genera México al año, la producción de energía (petróleo, gas, electricidad) emite 195.6 millones de toneladas de CO2, lo que representa el 27.3 por ciento del total del GEI del país. Por cierto que se afirma que cada año se incrementa esta polución en 6 u 8 por ciento.
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