Los tiempos cambian y eso ni quien lo dude. En el pasado, se pagaba por arrasar selvas y bosques; aunque se recuerda que en el controvertido sexenio de Luis Echeverría Álvarez se presumían las estadísticas de esa capacidad depredadora.
Afortunadamente, todo por su peso cae y, de repente, las cosas fueron cambiando poco a poco. Ahora sabemos que la tala desmedida es malísima; hoy en día hay una nueva cultura, se cuenta con un organismo y presupuesto para cuidar la alfombra verde y se invierten más de 5 mil millones de pesos en reforestar para mejor las condiciones generales del país y de sus habitantes.
Para el presente siglo, quedó claro para millones de mexicanos que la deforestación era un pecado mortal, porque con la tala se produce gases de efecto invernadero (Gei’s) que aceleran el calentamiento climático global, se acaba con especies valiosa de flora y fauna, se pierde limus, erosiona y desertifica el suelo y como si lo citado no fuera suficiente, se pierde la fábrica de lluvia y de oxígeno.
Se nos inculcó que selvas y bosques son más valiosos como tales que como leña para los millones de pobres o madera para unos cuantos ricos que la explotan clandestinamente, porque prestan grandes servicios ambientales a la Humanidad.
Por esos tiempos vino el concepto de “Pago por Servicios Ambientales” que se inicia en Veracruz, Estado de México y Oaxaca. Se les pagaba a los campesinos por no deforestar y a los dueños de selvas y bosques por no destruirlos; por conservarlos y reforestar. Luego se opacó todo lo anterior con el programa de “Cero Tala”.
Al final de los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón reportaron sembrar, respectivamente, más de mil millones y 1930 millones de árboles, lo que nadie pudo creérselos.
Además, diversas agrupaciones campesinas denunciaron que la reforestación correspondiente a 2006 no se llevó a cabo, porque los recursos económicos para ese fin se destinaron a apoyar la candidatura presidencial de Alberto Jiménez Cárdenas que, al perder, se le consoló con una senaduría.
Calderón que prometió sembrar mil millones de árboles, cuya campaña dejó a madias, porque se le acusó de sembrar nopales y magueyes en zonas no adecuadas, en lugar de árboles, también se le denunció de no llevar a cabo la campaña de reforestación de 2007 porque los recursos económicos se esfumaron.
REFORESTACIÓN POR EL DESARROLLO SUSTENTABLE
Ahora, con el Presidente Enrique Peña Nieto, la política pública forestal es reducir la deforestación de 155 mil hectáreas a 90 mil, plantar alrededor de 190 millones de árboles por año e impulsar la cultura silvícola para contar con más oxígeno, lluvias, un mejor Medio Ambiente y un verdadero desarrollo sustentable.
Lo anterior lo hizo saber una vez más al encabezar el inicio de la Campaña Nacional de Reforestación 2014, en el marco de la celebración del Día Nacional del Árbol, que es el segundo jueves de julio. Ahí, también agregó que el 11 de julio se conmemora el Día Nacional del Combatiente de Incendios Forestales.
Éstas son dos fechas que nos aproximan al compromiso que todos los mexicanos tenemos por preservar nuestro Medio Ambiente y nuestros bosques; por hacer de ellos un medio de desarrollo sustentable.
Asimismo, celebró que en México exista hoy una mayor cultura para preservar y cuidar nuestro Medio Ambiente y nuestros bosques. Son fuentes de vida: de nuestros bosques depende que tengamos oxígeno, que tengamos agua, que tengamos alimentos.
El mandatario mexicano aseguró que la meta de la Campaña Nacional de Reforestación 2014 es recuperar 170 mil hectáreas con la siembra de 190 millones de plantas en el territorio nacional. El propósito del Gobierno de la República es preservar y ampliar las zonas forestales del país.
Explicó que ese es el compromiso que tiene el gobierno federal y que lo asume con la amplia participación de los sectores privado y social, a partir de esta nueva cultura que el país ha venido asumiendo, asimilando y haciendo suya.
El año pasado se reforestaron 211 mil hectáreas, con lo que se superó la meta que originalmente se trazó y se llegó a sembrar 192 millones de plantas.
Un poco de historia
El sexenio de Echeverría fue controvertido, debido a que, por una parte, se estimulaba la devastación de selvas por parte de Petróleos Mexicanos, ganaderos y campesinos, mientras que en 1971 se hace la Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental, y en 1972 se crea la Subsecretaría de Mejoramiento del Ambiente, perteneciente a la SSA, para responder a este primer momento centrado en problemas que enfatizaban los efectos de la contaminación en la salud humana. Como la destrucción de los recursos naturales y degradación ambiental avanzaban inconmensura-blemente, en 1982 se creó la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue), lo que obviamente tampoco funcionó. Para 1989 se creó la actual Comisión Nacional del Agua; para 1992, la Sedue se transformó en la Secretaría de Desarrollo Social que, a su vez, dio vida al Instituto Nacional de Ecología y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Por decreto presidencial del 16 de marzo de 1992, sea creó la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad y en diciembre de 1994, se creó la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca que Fox le quitó lo de pesca. Al final del sexenio de Ernesto Zedillo, el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza se transformó en lo que ahora se conoce como Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y en 2001, Vicente Fox crea la Comisión Nacional Forestal.
Restaurarán 170,000 hectáreas del país
Yolanda Gutiérrez
El titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Guillermo Haro Bélchez, manifestó que se encuentran comprometidos con la política forestal del Ejecutivo, a fin de promover el aprovechamiento sustentable, reactivar la economía del sector y mejorar la calidad de vida de los habitantes de zonas forestales.
Indicó que el objetivo de la actual administración es restaurar 170,000 hectáreas con la plantación de 190 millones de árboles en todas las entidades del país “como parte de una estrategia integral para proteger nuestros recursos forestales que tiene como mérito principal una transversalidad forestal que reúne a los tres niveles de gobierno”.
Esta acción del Programa de Transversalidad forestal 2014, implementado por la Profepa, tiene la finalidad de reforestar 3 Áreas Naturales Protegidas (ANP´s), ubicadas en Estado de México y Michoacán, como son la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca; Cuenca Hidrológica Valle de Bravo y el Corredor Biológico Chichinautzin.
Haro Bélchez informó que el propósito de realizar 7 eventos de reforestación es para recuperar 90 hectáreas impactadas por tala clandestina en zonas núcleo y de amortiguamiento de ANP´s por lo cual se utilizarán 103 mil coníferas para plantar.
Detalló que de las 90 hectáreas a reforestar: 55 son en la RB Mariposa Monarca, 15 en la Cuenca Hidrológica Valle de Bravo y 20 en el Cobio Chichinautzin.
Abundó que en la reforestación de 7 puntos en las 3 Áreas Naturales Protegidas se utilizarán más de 100,000 árboles de los cuales el 50 por ciento de ellos serán donados por Probosque y el otro 30 por ciento provendrá de viveros municipales del Estado de México.
Comentó que las 7 zonas serán verificadas y certificadas por Probosque y Conafor a los 12 y 24 meses, a fin de constatar que se logre un índice de supervivencia del 70% aproximadamente (por encima de la media nacional).
En tanto, serán alrededor de 18,000 ejemplares de pinus montezumae que plantó la Profepa en el Ejido San Bartolo de Amanalco, Méx., donde participaron 1,327 vigilantes comunitarios integrados en 72 Comités Ciudadanos de Vigilancia Participativa.
El gobierno Federal tiene como objetivo la restauración de 170 mil hectáreas anuales hasta el 2018. Para lograrlo se tienen disponibles 309 viveros que producen 203 millones de árboles. Incluyen 66 especies de coníferas y 84 tropicales.
La Campaña Nacional de Reforestación inició el pasado 8 de este mes, donde se pretende recuperar 170 mil hectáreas con la plantación de 190 millones de árboles en todas las entidades del país. Con una sobrevivencia mínima entre 60 y 70% en la reforestación.
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