A nivel mundial el cáncer de mama ocupa el primer lugar en frecuencia de las enfermedades malignas de la mujer con casi 2 millones de nuevos casos diagnosticados este año. En el caso de México son alrededor de 17 mil casos anuales y constituye la primera causa de defunción por cáncer en la mujer, con 15 fallecimientos diarios, aseveró el Dr. Ernesto Sánchez-Forgach, fundador y expresidente de la Asociación Mexicana de Mastología (AMM) y cirujano oncólogo del Centro Médico ABC de Observatorio.
El especialista explicó que el cáncer de mama, su diagnóstico y abordaje terapéutico han sufrido un cambio vertiginoso en las últimas décadas. Anteriormente, los casos eran detectados en etapas tardías (tumores grandes con infiltración a ganglios y/o metástasis a órganos vitales) con una sobrevida limitada y con una respuesta deficiente a los tratamientos. Hoy se pueden diagnosticar tumores de menos de 5 mm en pacientes cuya expectativa de sobrevida será igual a la de una persona que no ha tenido la enfermedad.
No obstante, aunque en México se sigue detectando el cáncer de mama en etapas avanzadas o con presencia de metástasis (invasión que ha afectado otros órganos o tejidos como el hígado, huesos, pulmones o sistema nervioso9, hay novedosos adelantos médicos que están ayudando a salvar más vidas en está situación.
Uno de los motivos de la detección tardía, dijo, sigue siendo el miedo a la incomodidad de la mujer por la compresión glandular necesaria para la mastografía. No obstante, con la radiología digital se ha logrado refinar y aumentar la sensibilidad del estudio; este avance es muy útil en mujeres menores de cincuenta años -quienes tienen mayor densidad mamaria por la influencia hormonal-, y con esta tecnología se logra una mejor visualización de los cambios (asimetrías) y focos de microcalcificaciones que pudieran estar relacionados a un cáncer en etapa inicial.
“Si consideramos que el promedio de edad al diagnóstico en México es 47 años, esta evolución es de particular importancia en nuestro país para mejorar la capacidad de búsqueda de cualquier tumor”, explicó.
En los últimos años se ha desarrollado tecnología que permite efectuar la localización y toma de tejido bajo visión directa con equipos estereotácticos (por coordenadas) que reducen el número de biopsias quirúrgicas para los casos de sospecha imagenológica.
En un escrito realizado por el especialista detalla que una vez diagnosticado un caso de cáncer de mama o de cualquier otro órgano, es posible la realización de estudios de extensión como la tomografía de emisión de positrones para identificar casos localizados en la glándula, o aquellos que han trascendido a otro órgano. Hoy la realización de exámenes y pruebas en conjunto con el conocimiento biológico de la enfermedad son la base para la decisión del tratamiento inicial que se debe implementar (médico o quirúrgico).
Añadiendo que el conocimiento profundo de los procesos celulares, la identificación de blancos terapéuticos y la fabricación de medicamentos diseñados para atacar las alteraciones celulares ha permitido el desarrollo de nuevas armas que son indicadas con resultados espectaculares en situaciones que hace poco se consideraban fuera de tratamiento, específicamente cuando hay cáncer metastásico. No obstante, el costo es sumamente elevado y fuera del alcance de la mayoría de los presupuestos. De allí que se insiste en una detección adecuada.
El advenimiento de tecnologías ya establecidas como la biopsia líquida (toma de sangre o saliva) y, en el futuro próximo, el análisis del aliento, prometen detectar tumores en etapas muy tempranas, o una recurrencia de los diagnosticados anteriores a la aparición por imagen o por clínica.
Esto abre un nuevo paradigma: el manejo en casos asintomáticos en los cuales puede pasar mucho tiempo antes de encontrar rastros orgánicos de la enfermedad, así como para aquellos que ya han pasado por tratamientos oncológicos o quienes se les deberá informar que los tratamientos no han sido exitosos mucho antes de tener la evidencia orgánica.
La complejidad en la toma de decisiones para cada caso y para contar con las mejores expectativas, requieren que el profesional dedicado tenga la formación adecuada, se encuentre actualizado y tenga una práctica que le permita ejercer dentro de un centro médico con todos los avances y con un grupo de profesionales a la vanguardia mundial.
Es importante destacar que además de tratar la enfermedad, hoy se ofrece apoyo integral tanto a la paciente como a su entorno a través de apoyo psico-oncológico, nutricional y participativo mediante grupos de apoyo dedicados a estos fines, finalizó el Dr. Ernesto Sánchez Forgach.
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