En el actual periodo vacacional se ha registrado la visita de más de 150 mil personas que han disfrutado las instalaciones del Papalote Museo del Niño, en donde han podido viajar a lo más pequeño e imperceptible de nuestro planeta con sus documentales y actividades educativas.
Uno de estas proyecciones es Misterios de un mundo invisible!, película que se proyecta en la ADO Megapantalla IMAX de Papalote, mediante secuencias time-lapse en tercera dimensión, descubrirás fenómenos naturales que habitan nuestro entorno, imperceptibles para el ojo humano… hasta ahora. Durante 40 minutos te adentrarás en un mundo de animales microscópicos, átomos, plantas, bacterias y luces ultravioletas.
Misterios de un mundo invisible, narrada por el actor Bruno Bichir, te llevará por los mundos pequeños y micriscópicos que ocurren ante nuestros ojos pero que no podemos ver a simple vista:
- Lo invisible. En un día lluvioso, los seres humanos podemos ver el arcoíris (conocido como luz visible) pero éste es sólo una fracción de las millones de ondas de luz en el vasto espectro electromagnético.
En esta película veremos el mundo a través de la visión infrarroja de un mosquito y cómo las abejas detectan la luz ultravioleta de las flores. Además, aprenderemos lo que las ondas gamma, las microondas y las ondas de radio pueden mostrarnos.
- Demasiado lento. Las cámaras time-lapse capturan eventos que ocurren tan lentamente que no podemos verlos, como las plantas que trepan los árboles para alcanzar los rayos del sol o un animal en descomposición.
A gran escala, las fotografías time-lapse, nos muestran la Tierra como un planeta vivo, acompañado por el incesante movimiento de los seres que viven en ella.
- Demasiado rápido. Contrario a las cámaras time-lapse, los equipos de alta velocidad nos revelan secretos de un mundo súper rápido: el ataque de una víbora de cascabel, el vuelo de un búho, el estallido de un grano de maíz y los relámpagos que surgen de la tierra para alcanzar el cielo.
- Demasiado pequeño. Misterios de un mundo invisible muestra también maravillas demasiado pequeñas para el ojo humano, desde las microscópicas escamas de un ala de mariposa hasta los microorganismos que habitan en nuestro cuerpo. Gracias al microscopio electrónico, los visitantes observarán el ojo de la mosca de la fruta, la piel de un tiburón, una pulga y el tallo de un jitomate, entre otras increíbles imágenes.
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