Y Michoacán recupera medio territorio. La región de Tierra Caliente, esa que es como dice la canción “Caminos de Michoacán y pueblos que voy pasando”, donde se trabaja sembrando y cosechando aguacate, mango, limón o esa tierra destinada para el turismo, con sus aguas azufrosas y sus ríos. De Apatzingán, Nueva Italia hasta Huetamo, pueblos llenos de generosos platillos. Región perdida en manos del crimen, de bandas de ladrones, que suplantaron al gobierno estatal, de Lázaro Cárdenas Batel y de Leonel Godoy. Los dejaron hacer y deshacer patrimonio y vidas.
Un Presidente de México, originario de Michoacán, del PAN, Felipe Calderón, decidió reinstalar los gobiernos municipales. Sí, buena decisión. Pero resultó una costosa campaña y de total fracaso. Sacó de los cuarteles, de la Defensa Nacional, de La Marina y los envió por racimos a la región de Tierra Caliente. Simple, las bandas dejaban los pueblos, se remontaban a la montaña. Pasaba el tiempo, las fuerzas armadas federales se retiraban. Los ladrones, chantajistas, secuestradores y asesinos, bajaban. Y cobraban lo atrasado. Volvían a secuestrar y asesinar. Miles de millones tirados por absurdas e ineficaces acciones. Así fue años. De los gobernadores, Lázaro y Leonel, se dice que sólo endeudaron con más de 15 mil millones de pesos al estado.
Por esos caminos parecía caminar el nuevo gobierno. El de Fausto Vallejo, gobernador que entró y se hospitalizó, dejando el poder en Jesús Reyna. Cumpliéndose la ironía campirana, “igual el pinto que el colorado”. Y el Gobierno federal, con Enrique Peña Nieto, pareció cumplir el adagio “Más de lo mismo”, como burlonamente expresó la senadora Luisa María Calderón “Cocoa”, hermana del expresidente Calderón “más de lo mismo”. Arrió hasta con Felipe. Pero Enrique Peña Nieto es diferente. Es Presidente y estadista. Es visionario y empeña proyectos con programas. Tomó “El toro por los cuernos”. Sí. Usó las Fuerzas Armadas federales. Pero con estrategia. Con Inteligencia. Paralelamente dispuso de la imagen del Federalismo. De la fuerza de Estado. Y con bisturí social ordenó y aprobó un programa social para Michoacán. Con 45 mil millones de pesos.
En acto central, acompañado de todo el gabinete presidencial, se trasladó a Morelia, el martes 4 de febrero. Y de caminos habló, anunciando construcción de carreteras. De empleos. De justicia jurídica y humana. Con el antecedente de la creación de una Comisión, con un comisionado, Alfredo Castillo. Y militares, policías federales. Reordenar la población y registrar policías voluntarios. Aprehensión de delincuentes. Michoacán, la de bella tierra, la de paisajes y ecosistemas bellos fue retomada y el territorio de Tierra Caliente es, nuevamente, de los michoacanos.
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