Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene una larguísima lista de muertes, contaminación ambiental del aire, suelos, ríos, lagunas y mares y de fugas, derrames, explosiones, incendios, lesionados e intoxicados. Prueba de ello es la reciente explosión e incendio de la refinería Miguel Hidalgo, en Tula, Hidalgo, que dejó 3 trabajadores muertos y 9 heridos.
Según informes, el pasado 30 de julio, los trabajadores arrancaron la planta reductora de viscosidad del sector 1, cuando se presentaron cuatro explosiones en los equipos C103, 3 y 4, provocando un incendio en la misma.
Esta refinería ha tenido otros percances: 21 de diciembre de 2001, una fuga de gasolina ocasionó varias explosiones que causaron la muerte de un trabajador y lesionó a 16 más. En enero de 2002, una explosión por una fuga de gas intoxicó a 9 obreros.
En la historia del Pemex reciente, entre los percances más graves se encuentra el Ixtoc I que dejó varias muertes, entre ellos, uno de los “Diablos Rojos”, equipo especializado de Suecia, que fue contratado para apagar la conflagración.
Además, quemó millones de pies cúbicos de gas y vertió sobre el mar más de 3 millones de barriles de petróleo crudo. El suceso se conoció en todo el mundo y afectó al Golfo de México y las costas del sur de Estados Unidos.
En el ámbito nacional, el suceso que mayor resonancia tuvo fueron las explosiones e incendios de las instalaciones de Juan Ixhuatepec, el 19 de noviembre de 1984, que dejó, oficialmente, 503 muertos y 926 heridos, aunque nadie cree en esas cifras, porque, por lo menos, les faltan un cero.
Tampoco se puede borrar de la memoria la enorme conflagración de Guadalajara, el 22 de abril de 1992, cuando reventaron los colectores y las calles. Ese día se abrió la ciudad jalisciense.
Se derramaron más de 3 millones de litros de gasolina en el sistema de agua potable. Las explosiones mataron a 250 personas, lesionaron a mil 570, dejaron 15 mil damnificados, destruyeron 800 viviendas, 400 establecimientos, 100 escuelas y 600 autos con pérdida total. El costo del desastre fue calculado en más de mil millones de dólares.
Otra tragedia muy presente es la del 19 de diciembre en San Martín Texmelucan, Puebla, donde explotó e incendió un ducto que causó la muerte a 30 personas, hirió a 52, arrasó con 32 casas y dañó severamente 83 más. Voló un puente y fue necesario evacuar a unas 5 mil personas.
Para 2009, la paraestatal registró 149 percances de consideración y un año antes, tuvo 188. Estas cifras corresponden únicamente a eventos registrados en ductos que se encuentran en malas condiciones. Por lo que toca a 2010, Petróleos Mexicanos registró 331 desastres, de los que 325 fueron derrames, tres incendios, dos fugas y una explosión.
Desde 2000 a julio de 2007, las explosiones, incendios, fugas y derrames en plantas y ductos, en tierra y mar de Pemex, que impactaron el Medio Ambiente, supera los mil 800, lo cual se debe, por lo general, a la carencia total de mantenimiento y al abandono y agotamiento de vida útil, tal cual lo han denunciado gobiernos estatales y presidentes municipales.
Esos terribles descuidos son la constante en Pemex. Por ello, en 2006, la empresa tuvo derrames en sus instalaciones y ductos por un total de 25 mil 707 barriles del hidrocarburos.
Pemex requiere 135 mil millones de pesos para atender la vulnerabilidad operativa derivada del crecimiento de la infraestructura, rezago en la asignación de recursos para el mantenimiento de equipos y falta de sustitución de equipo e instalaciones obsoletas.
Además, más de 25 mil kilómetros de ductos de Pemex están en riesgo pues ya sobrepasaron su vida útil, reconoce el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP).
Las cosas no pueden andar bien ni regular en Pemex, cuando, de acuerdo con la empresa, al cierre del primer trimestre de 2011, el índice de frecuencia de accidentes se situó en 0.63 por millón de horas-hombre laboradas, lo que significa 186.4 por ciento mayor al observado en el mismo periodo de 2010.
De acuerdo con el Informe de Responsabilidad Social 2010 de Pemex, en ese año contaminó el aire con 45 millones 400 mil toneladas de dióxido de carbono; 632 mil toneladas de óxidos de azufre; 782 mil 923 toneladas de óxidos de nitrógeno, compuestos orgánicos volátiles y partículas sólidas totales.
En sus procesos, utilizó y contaminó 179 millones 800 mil metros cúbicos de agua y tuvo 203 fugas y derrames por unas 4 mil toneladas de petróleo crudo.
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