La organización ambientalista Greenpeace en conferencia de prensa fijo su postura ante la Estrategia Nacional Energética (ENE), del gobierno federal y la posible reforma energética que se está analizando en el Senado de la República, en la cual señaló su oposición a que dicha reforma se concentre en el tema del petróleo sin hacer caso de la necesidad de fomentar el tema de energías renovables.
Beatriz Olivera, coordinadora de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace, dijo que Greenpeace lamenta que la clase política mexicana evidencie su visión simplista del tema, enfrascándose en el debate de la posible privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex) como si fuera la única manera de garantizar la seguridad energética del país en los próximos años, cuando existe una realidad innegable: los hidrocarburos se agotan.
Ante ello, la organización ambientalista presentó el documento “La Reforma Energética que México necesita”, en el que se enfatiza que, mientras legisladores y funcionarios discuten la participación de la iniciativa privada dentro del sector petrolero, se ignora la oportunidad de aprovechar de manera racional las fuentes de energía renovable que tenemos en el país – solar, eólica, geotérmica y pequeñas hidroeléctricas- para propiciar el desarrollo sostenido de nuestra economía.
Propuesta que engloba en ocho ejes principales como son: Impulsar energías renovables; Mitigar el cambio climático; Implementar acciones de Eficiencia Energética; Garantizar la seguridad energética y sustentabilidad ambiental del país; Generar empleos y fomentar la competitividad; Eliminar paulatinamente los subsidios generalizados a los combustibles fósiles y focalizarlos para una redistribución efectiva; Asumir costos sociales y ambientales por la producción de energía sucia; y Prohibir la explotación de petróleo en aguas profundas.
“Una verdadera reforma energética debe promover el crecimiento económico, generar empleos verdes, garantizar la seguridad energética y ser palanca de desarrollo y competitividad”, señaló.
Puso de ejemplo que el impulso a las renovables es factible con inversiones menores a temas tan polémicos como es el petróleo de aguas profundas. Indicó que con eficiencia del 15% en 25 kilómetros cuadrados de paneles solares instalados en desiertos de México podrían subsanar la demanda de energía que requiere el país, esto ante la gran cantidad de luz solar que recibe el territorio.
Situación que dijo no está siendo impulsado en la realidad ya que el Fondo de Transición Energética por la reforma del sector en 2008 debiera tener recursos por 3 mil millones de pesos para sus labores y en este año sólo recibió 300 millones.
Además que la última comunicación de cambio climático que dio a conocer la Semarnat, la generación de energía del país provoca el 60% de las emisiones contaminantes del país; por ello, la ambientalista señaló que impedirá que se cumpla la diatriba del Gobierno Federal de que Pemex sea un bastión en la lucha contra el cambio climático.
Alertó que de no actuar de forma pronta en el año 2050 se tendría una demanda superior al 103% de la actual que derivaría de energía fósil. Ya que diversos estudios indican que de ampliar la participación de fuentes renovables de energía, se lograría más de 8 millones de empleos en este sector en el 2030, tres veces más de los que se generarían con un enfoque convencional. “La reforma energética que México necesita”, planteada por Greenpeace, incluye 8 puntos que los legisladores deben incorporar para que verdaderamente se dé una transformación en el sector, concluyó Olivera.
Comentarios Cerrados