Tras exigir justicia para las víctimas de la violencia en México, un cambio en la estrategia federal contra el crimen organizado y de acusar al Estado mexicano de ser corresponsable de 40 mil muertes como resultado de la guerra anticrimen, Javier Sicilia inició el Diálogo por la Paz con el Presidente Felipe Calderón Hinojosa, en el Castillo de Chapultepec. Venimos aquí para que nos hagan justicia, así como para que reconozcan la deuda que el Estado mexicano tiene con las víctimas, con sus familias y con la sociedad entera, porque ese Estado está fallando en su obligación de proteger a su gente y defender sus derechos.
«En calidad de representante del Estado mexicano, señor Presidente, está obligado a pedir perdón a la nación, pero en particular, a las víctimas», afirmó, al tiempo que apuntó: Son corresponsables del dolor, muerte y sufrimiento de miles de familias en el país, más aún, cuando ese mismo Estado vuelve a victimizar a quienes buscan justicia y los dejan en el abandono y el olvido. «Ustedes son responsables de declarar una guerra con un Ejército que no existe, porque está integrado por criminales y por no hacer antes, una profunda reforma política y un saneamiento de instituciones».
También nos dirán que muchas de esas víctimas (los 40 mil muertos en esta guerra) eran criminales y aunque lo fueran, se les olvida que nadie nace criminal y que también son, precisamente, víctimas que se deben reconocer para saber de dónde provienen y qué no les dio el Estado, y qué no les dimos la sociedad, para que fracturaran vidas. Detengamos esta guerra y busquemos condiciones para la paz con justicia y dignidad. Así lo demandó Sicilia que es precisamente el que encabeza el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
También apuntó que la guerra entre ustedes (gobierno federal) y los narcotraficante, una guerra que no es de nuestra, pero nosotros, precisamente, la padecemos en carne viva. Como ciudadanos tenemos derecho a una redefinición de la estrategia de seguridad y terminar con su enfoque militarista de combate al crimen organizado a través de un enfoque más amplio y estructural. Además, puntualizó que tienen derecho a la garantía de la no repetición de los crímenes, por lo que es necesario establecer, junto con la ciudadanía, mecanismos para sancionar a funcionarios involucrados en redes de complicidad y delitos de omisión.
OTROS RECLAMOS
(Entre los asistentes al Diálogo por la Paz, que tuvieron voz, dijeron:) «Exigimos que hagan su trabajo y justicia, que no nos engañen y mientan; queremos justicia señor Presidente; como madre y representante de otras madres y familias destrozadas queremos que nos cumpla y den con el paradero de nuestros hijos. Además, las únicas opciones que el gobierno deja a nuestros hijos son las que los condenan a morir en una guerra que no pedimos, porque abiertamente los quieren los quieren enrolar en las filas de los aparatos represivos del Estado o porque no tuvieron otra mas que sumarse a las filas del crimen organizado».(María Elena Herrera, de Guerrero, con 2 hijos asesinados y otros dos desaparecidos). «Desconozco si a usted le queda clara la realidad de México, porque en hogares donde nos falta un miembro familiar asesinado o desaparecido, la vida jamás será igual.
Urge crear un banco de información genética de familiares de víctimas a nivel nacional, porque no se puede construir justicia sepultando al pasado».(Norma Ledezma, activista y madre de una hija asesinada). «Señor Presidente, como familiares de policías y militares, no pretendemos cuestionar la lucha contra la delincuencia, sin embargo, los muertos, el luto, la desesperación de familias por no encontrar a los nuestros, la sufrimos día a día. ¿Por qué empeñarse en una estrategia cuyos saldos son totalmente negativos? No es ético, justo y cristiano derramar tanta sangre, sembrar tanta desolación en el país y dejar sin castigo a los principales beneficiarios de la industria del narcotráfico».(Araceli Rodríguez Nava, madre de un hijo desaparecido, Lisandro Díaz, policía federal.
También es representante de víctimas de la policía y del ejército). «No ofendan la memoria de mis hermanos al decirnos que se cumplió con la justicia, con los crímenes en contra de nosotros. Es tiempo de que mande un mensaje al mundo de que la violencia no termina nunca con la violencia, para que no lo recuerden como el Presidente de los 40 mil muertos y nosotros como una nación salvajes y cobarde».(Julián Le Barón, menonita; algunos de sus familiares fueron secuestrados y asesinados, en Chihuahua).
«Los pueblos indígenas sufrimos la violencia que ejercen grupos paramilitares, que a diferencia de la delincuencia organizada, son fomentados, protegidos y financiados por autoridades; exigimos su desarme, desarticulación y desmovilización en todo el país y particularmente en nuestros territorios. También reclamamos justicia por la agresión a una caravana de San Juan Copala».(Salvador Campanur, del pueblo purépecha de Cherán). «No nos insulten, no hay detenidos por el ataque a una marcha en San Juan Copala, Oaxaca».(Omar Esparza, líder oaxaqueño).
RESPUESTA DE FELIPECALDERÓN HINOJOSA
Pido perdón por no proteger la vida de las víctimas del delito, no por actuar contra criminales que matan. Esto último un error y en eso estás equivocado Javier. A pesar de lo que se dice, no fue un error actuar, lo verdaderamente irresponsable hubiera sido no actuar. Prefiero que me juzguen -a veces injustamente; en fin, la historia lo dirá- por haber actuado, que por haberme quedado quieto. Suponer que toda la maldad viene del Estado y que es el generador de la violencia, es un error. No hay violencia porque estén ahí las fuerzas federales, están ahí porque es donde hay violencia que autoridades locales no pueden controlar. Hay que actuar y enfrentar a criminales y eso es lo que hacemos. Estoy dispuesto, de verdad, a buscar la paz para México con justicia y dignidad, pero simplemente claudicar y echarse para atrás no es paz. Mientras no haya pruebas para encarcelas jueces y funcionarios corruptos y criminales, seguirán siendo inocentes. También aseveró que como padre de familia, mexicano y Presidente, le duele profundamente el dolor de México.
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