Con la afirmación “los concesionarios del transporte, ya cumplimos. ¡Ahora queremos que nos cumplan a nosotros!”, representantes de empresas del Metrobús y Corredores con esquema empresarial, así como de rutas que por falta de definición de las autoridades no han transformado su forma de operación, dieron inicio este mañana a un movimiento para conseguir un incremento sustancial en las tarifas del transporte público en la Ciudad de México.
Los dirigentes de la Fuerza Amplia de Transportistas (FAT), advirtieron que de no darse un ajuste técnico o, al menos justo en las tarifas, ya que los anteriores han sido políticos, “pronto estas unidades de primer mundo, circularán como mera chatarra”, como lo hacían los microbuses, ahora que ya es necesario iniciar con el cambio de flota.
Martín Ortiz Tejeda, a nombre de sus compañeros del movimiento por una tarifa de primera, explicó a los medios de comunicación en una conferencia de prensa realizada en un hotel del Centro Histórico de la Ciudad de México, que “hoy nuestra lucha no es, siquiera, por la utilidad. Hoy nuestra lucha es por sacar nuestros costos de operación”.
Para llegar a la línea de sobrevivencia, abundó José Luis Tenorio Padilla, los transportistas requieren se autorice un incremento mínimo de 1 peso a la tarifa de vagonetas, combis, microbuses, autobuses y corredores viales y de 5.30 pesos en la modalidad de kilómetro recorrido para el Metrobús.
Ortiz Tejeda, representante del Corredor Tacubaya – Tepalcates, recordó que el panorama del transporte en la ciudad es diferente en los últimos 10 años.
“A cambio de los ya destartalados microbuses que en número menor todavía recorren la ciudad, hoy existen siete líneas del Metrobús y 9 corredores con un esquema empresarial, más las rutas tradicionales montadas también en camiones con adelantos tecnológicos. Entre 2015 y este año se han retirado alrededor de 5 mil microbuses que se suman a una cantidad similar que quedó fuera entre 2008 y 2014”.
El dirigente transportista destacó que no sólo el transporte que tanto presumió Miguel Ángel Mancera en sus congresos verdes a nivel internacional cambió. También la movilidad es otra y la gente lo sabe. Lo siente y lo vive cada día.
Por lo que, dijo, “no puede haber transporte de primera con tarifa de tercera” en una ciudad como la de México y sentenció con la aprobación de sus compañeros: “Si no hay incremento de tarifas para sacar nuestros costos y poder renovar la flota que con mucho sacrificio compramos los transportistas en los últimos 10 años, los accidentes se sucederán por falta de mantenimiento y la compra de refacciones hechizas para poder cumplir”.
Y acicateó a las “autoridades que se van, y a los que llegan: Si quieren presumir un transporte de primer mundo, la tarifa deber ser de primer mundo”.
Ante la complicada situación por el aumento de los insumos y los combustibles en general, el año pasado en el caso del Metrobús, el gobierno de la CDMX entregó un subsidio de 600 millones de pesos a los transportistas, pero sólo este año el diésel y la gasolina se incrementaron 3 pesos, por lo que volvieron a solicitar un incremento, en el que sólo les dieron 5 por ciento, cuando el mínimo debió ser de 12 por ciento para salir en equilibrio.
Al respecto, José Luis Tenorio Padilla, de la concesionaria del Metrobús Antena – El Rosario y la ruta 118, culpó al director del Sistema Metrobús, Guillermo Calderón, de haber mentido al Jefe de Gobierno José Ramón Amieva Gálvez, “cuando le dijo que ya había concensuado el incremento de 5 por ciento en el pago por kilómetro recorrido con nosotros, pero aquí, abiertamente, les decimos que ninguno de nosotros fue tomado en cuenta. Eso fue una imposición”.
Nicolás Vázquez, del grupo Nuevo Milenio del Transporte reiteró que el mínimo necesario para mantener el servicio sería un incremento de 5.30 pesos por kilómetro recorrido para el servicio de Metrobús y de un peso para vagonetas, combis, microbuses y autobuses de un peso, porque incluso hay corredores con esquema empresarial que “la mayoría de estos corredores está cayendo en cartera vencida y renegociando su deuda, pasando de los 60 meses contratados actualmente a 7 años.
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