Se dio a conocer la presencia de las exposiciones El esqueleto mineral que nos permitirá aventajar a la evolución del mexicano Arturo Hernández Alcázar, así como al titulada Crushed Autogeddon de la alemana Folke Koggerling; las cuales, se conjuntan por su visión de mensaje ambiental y arte como de las visiones de ambas culturas y naciones. Esta actividad se presenta en el marco del Año Dual Alemania/México.
Dichas exposiciones estarán presentes en el Museo Experimental El Eco, ubicado en la calle de Sullivan #43, col. San Rafael, en la zona centro de la Ciudad de México (CDMX), en donde ambos artistas muestran las formas de movilidad ecológica desde la perspectiva de dos culturas diferentes.
En el caso de la exposición de Folke, se informó que su obra que consta de una serie de mesas que muestra metales, borra, cableado, aceites, piezas, etc., que componen un automóvil que fue despedazado y mostrado en sus mínimas piezas cortadas o unidas por tuercas o tornillos.
Este trabajo se ha elaborado una idea de una estética artística y arquitectónica de la resistencia. Su trabajo se desarrolla mayormente a partir de recursos urbanos: cosas que han sido desechados, basura, objetos donados.
La propuesta de Crushed refleja la afronta contra las ideologías consumistas a partir de alternativas presentes en su trabajo desde hace varios años. Una de sus piezas emblemáticas en colaboración con Kaltwasser consistió en transformar a lo largo de tres meses un automóvil en dos bicicletas funcionales.
La pieza que realizo para el Eco fue el adquirir un carro que se desmantelo abriendo la invitación a los transeúntes para unirse al desmembramiento del automotor. De esta manera la artista despliega una escultura sobria producto del esfuerzo sobria producto del esfuerzo físico capaza de contener un mapa de relaciones comerciales y políticas a nivel global.
Cada artista trabajo de forma independiente en su proyecto y, tras tener las piezas en las mesas, la alemana dijo que le vino a la menta un paisaje de chatarra de las piezas del automóvil, y los olores a aceites y gasolina; aunado como el fierro viejo regresa a circular en la sociedad, desde una obra de arte, o se vende como materiales de reciclado.
En el caso de la obra de Hernández Alcázar, que consta de la fundición que realizo de varios kilogramos de aluminio rescatado de tiraderos y cuya forma fue arrojada al azar en el suelo creando formas caprichosas y que es adornado piezas del propio metal que no se licuaron al 100% y que el artista indica da una figura llamativa en el mar de metal.
Esta pieza que título El esqueleto mineral que indica es tomada de El Peatón atropellador, de Alfred Jarry, que habla del peligro que los peatones representan para los propios conductores y velocípedos por igual.
El líquido fue vertido en una cama de arena en el patio del museo, para segundos después adquirir una forma muy alejada de su original (piezas), lo que resultó en esculturas que crearon una alteración en los sistemas de circulación de mercancía y de poder.
Detalló que sin ser experto en automóviles, sino siendo un peatón experto, este proyecto de movilidad le llamó la atención el involucrarse; aunado a inmiscuirse en la historia del sector automotriz alemán, siendo un punto que le provocó inquietud que fue el papel de la BMW y su papel en la Segunda Guerra Mundial.
Siendo ahí que evocó este ejercicio que le provocó buscar aluminio en tiraderos y otra piezas para así establecer la fundición de 315 kilogramos de este metal; quedando un charco geografía de los restos de este elemento y así nació la obra.
Es una pieza que desmantela y desvía sacar de la economía al metal que no se reconoce y que se contrapone y cohesiona con las piezas de Folke. “Esta geografía fundida que es un proceso geológico acelerado. Esta suerte brinda un biopoder que va desde el control de las moléculas y del individuo”.
Esta es la forma y es un desmantelamiento de los modelos o parecidos de una escultura tradicional, es una perversión invertida de las formas y descriptiva en un materia que no quiere tener un parecido con nada, pero aún así la gente al apreciarla ha dicho que parece un mapa”.
Añadió que siendo un peatón atropellador, que camina todo el tiempo y es una vida muy salvaje, que hasta con las cámaras que están en las calles es una ventaja, pero es complicado pues todo el día te pueden seguir por todos lados, pero al final, esta relación a pie con la ciudad, dice uno es sólo así como aprende la gente.
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