Se presentó el Programa Nacional de Infraestructura 2014 2018. Entre sus objetivos, informa Luis Videgaray, secretario de Hacienda, está el de “promover el crecimiento económico, a través de detonar actividad económica, de generar empleos, bien remunerados, desde el proceso constructivo, hasta por el impacto que tendrá la infraestructura en materia de competitividad, productividad; y elevar el nivel de vida de los mexicanos”.
Es un programa multianual para cuyo cumplimiento se anuncia una inversión de 7.7 billones de pesos; esto es, 7 millones de millones de pesos, más 700 mil millones. Habrán de ejercerse en el transcurso de cinco años, multianualidad, pertinente en el caso de las obras programadas. Condición que debiera llevarse a otros rubros de inversión.
Los destinos, conceptos, y montos, en su momento, deberán ser considerados, para votación y aprobación, en las iniciativas de los Presupuestos de Egresos de la Federación y de los estados de la República a partir del 2015. Tocará a la Cámara de Diputados federal, y a las legislaturas locales, decidir. En el caso de la Federación, téngase presente, es atribución exclusiva de aquella, como de su exclusividad es la fiscalización de la cuenta pública. En los estados corresponde a las legislaturas locales la aprobación del presupuesto de egresos de sus gobiernos, estatales y municipales.
No habrá problema, seguramente, en la aprobación legislativa. En cuanto al presupuesto de egresos de la federación, el de 2014 ya ocurrió, está en curso su ejercicio. El de 2015 acaso también transcurra sin mayores obstáculos, aunque deberá tenerse en cuenta que, en tanto el próximo será año de elecciones federales, pudieran surgir algunos condicionamientos en lo particular. En lo general, quién podría oponerse a una propuesta cuyo propósito es el de avanzar en la construcción del México que debe ser para enfrentar la feroz competencia económica mundial.
Los presupuestos de 2016, 2017 y 2018, serán votados por la Legislatura LXIII. Según opinión de analistas políticos, en ella el PRI seguirá siendo mayoría. Así, cabe esperar que el programa nacional de infraestructura se alcance en su propuesta y resultados.
Es necesario porque, advierte el Presidente Enrique Peña Nieto, el desarrollo de infraestructura, es la forma más tangible y concreta de transformar una nación. Hoy, afirma, gran parte de la competitividad, del crecimiento económico y del bienestar social de los países, está determinado por la cobertura y calidad de su infraestructura. (Es obligado) Contar con aeropuertos, carreteras, puertos, telecomunicaciones, trenes, centrales eléctricas, complejos petroleros, gasoductos, presas, hospitales, equipamiento urbano, desarrollos turísticos. Y, debe aceptarse, la infraestructura que tenemos no es suficiente para el tamaño e importancia económica del país.
Cuestión fundamental, la propuesta reclama para su cumplimiento del capital humano adecuado. Es de esperarse que los ojos de quienes deciden sean puestos en los trabajadores y los profesionistas, en las empresas, de México. Quienes aquí se han formado en la construcción de lo que tenemos cuentan con la capacidad necesaria para el desempeño de una tarea exitosa. Independientemente de obligaciones internacionales, por acuerdos comerciales y financieros, conviene que los trabajos se lleven a cabo con nuestra propia gente.
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