La nueva revolución industrial que, no se ve, pero se está dando desde 1992 tiene presente que no debe generar residuos al aire, agua y suelo, dirigir el capital productivo hacia el uso eficiente de los recursos, desarrollar la productividad hacia el bienestar humano, económico y ambiental, por lo que se espera contar con una química más verde y más amigable con el entorno, porque la tradicional es muy contaminante y degradante.
De acuerdo con la UAM Iztapalapa, la diferencia entre la química verde y la química del ambiente es que mientras esta última tiene como objetivo el saneamiento y remediación de los efectos en el ambiente de los procesos contaminantes, la química verde intenta prevenir la contaminación en su origen.
En la práctica, los objetivos y las tareas de la química verde cuentan con programas propios, cada vez más claros y específicos, colaborando, además, en actividades conjuntas con la American Chemical Society y la Royal Society of Chemistry. Debido a ello cada vez un mayor avance en la aplicación del criterio de prevenir la contaminación antes de que ésta se produzca, en lugar de reprocesar productos para descontaminar, llevando como lema que simplemente es mejor prevenir que remediar.
También explica que hasta hace algunos años se consideraba que el desarrollo tecnológico implicaba necesariamente un costo ambiental que pagar y un peligro potencial para el ciudadano común. Del mismo modo, no se tenía conciencia de la posibilidad del agotamiento de los recursos naturales empleados como materias primas de los procesos de producción. Otro problema era la inadecuada disposición de desechos directamente y de manera indiscrimada al aire, agua y suelo.
Asevera que la química verde se trata de una filosofía consistente en el esfuerzo colectivo para reducir al mínimo o de ser posible eliminar por completo la contaminación desde su inicio mediante el uso de procesos limpios, evitando al máximo el desperdicio o uso indiscriminado de materias primas no renovables, así como el empleo de materiales peligrosos o contaminantes en la elaboración de productos químicos “limpios”, que no atenten contra la salud o el ambiente.
Por lo que los medios que utiliza esta nueva química se centran en la disminución o la eliminación del uso de productos químicos tóxicos y el reciclaje de los desechos producidos por el avance tecnológico, de una manera creativa de tal forma que se consiga un mínimo impacto a los seres humanos y al Medio Ambiente, sin sacrificar el avance científico y tecnológico. Existen además de la química verde otros medios para prevenir la generación de contaminantes, como los controles de ingeniería, el control de inventarios y la optimización de procesos.
SITUACIÓN MUNDIAL
Hasta fines del siglo XIX la especie humana utilizaba los recursos renovables para la alimentación y para usos funcionales. Sin embargo, durante el siglo XX, el desarrollo del procesamiento de los combustibles fósiles (principalmente petróleo y gas natural) desencadenó el desarrollo de la industria química moderna. Actualmente, hay más de 2,500 productos basados en el petróleo en los mercados, siendo la base para la fabricación de plásticos, fibras y colorantes. Se estima que el 10, 21 y 4 por ciento de la producción mundial de gas natural, combustibles derivados del gas natural licuados y de petróleo crudo, respectivamente, se utilizan para el desarrollo de la industria química.
Asimismo, el universo de sustancias químicas es muy amplio, pues se sabe que en el Planeta existen 12 millones, de las se comercializan 100 mil, 8 mil están reguladas, 3 mil representan el 90 por ciento del consumo mundial, 600 están restringidas y prohibidas y 15 están sujetas a control internacional de exportaciones.
Doce principios de la química verde
(Según el Instituto Nacional de Ecología)
- Es preferible evitar la generación de un residuo que tratarlo o limpiarlo una vez formado
- Se deben desarrollar métodos que maximicen la incorporación de todos los materiales de un proceso en el producto final
- Cuando sea posible, se deben diseñar sustancias químicas que sean de baja o nula toxicidad para el ambiente o los seres humanos
- Las sustancias químicas se deben diseñar de manera que sean eficientes al mismo tiempo que tengan baja peligrosidad
- El uso de sustancias auxiliares (solventes y agentes de separación, entre otros) debe ser evitado cuando sea posible y cuando no, se deben utilizar sustancias inocuas
- Se deben analizar, y de ser posible reducir, los requerimientos de energía dependiendo de sus impactos ambientales y económicos. Son preferibles los procesos a temperatura y presión atmosférica.
- Las materias primas deben ser preferentemente renovables
- Cuando sea posible se debe evitar la derivatización innecesaria (protección / desprotección, modificaciones temporales de procesos fisico – químicos, entre otros).
- El uso de catalizadores es preferible al uso estequiométrico de sustancias químicas
- Los productos químicos deben diseñarse para que al final de su vida útil no persistan en el ambiente y formen productos de degradación inocuos
- Es necesario el desarrollo de metodologías analíticas que permitan el monitoreo continuo de los procesos para verificar y controlar la formación de sustancias peligrosas
- Las sustancias utilizadas en los procesos químicos se deben seleccionar de manera que se minimice el potencial de ocurrencia de accidentes químicos (como explosiones e incendios).
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