REPORTERA INVITADA: Ana Herrera (@ecohistoricas)
Es común encontrar parvadas de aves volando a pocos metros del suelo y de manera simétrica en las afueras de la ciudad de Querétaro. Ahí, en donde el progreso se mantiene a base de actividades agrícolas y ganaderas que propician la industrialización del vino y del queso, el turismo ecológico y consciente sobre las circunstancias del medio ambiente, son alternativas que pueden combinarse en más de una forma.
La ciudad de Querétaro, que en 1847 fue nombrada capital de México durante la invasión estadounidense, se encuentra actualmente en una época de crecimiento.
Su proximidad con la Ciudad de México la ubican como una zona con amplia proyección, no sólo para actividades industriales o ejecutivas, sino también recreativas por su valor cultural y por su atmósfera todavía rodeada de grandes espacios naturales donde se gestan procesos de obtención de alimentos que a veces, por ser tan cotidianos, escapan al conocimiento de su elaboración.
Ejemplo de este progreso se puede apreciar en su zona centro-sur de la ciudad, frente al cerro del Tángano, en donde se ha erigido un concepto de impulso al turismo, el Hotel Hotsson, bajo un concepto vanguardista de hospedaje que ofrece en cada uno de sus visitantes diversos detalles que hacen tener una experiencia personalizada con gran capacidad para sentirse como en casa, no sólo por el servicio o la comodidad de sus instalaciones, sino también por la sutileza equilibrada de sus acabados y de sus opciones de servicios para ejecutivos.
Lo cual permite que está entidad cuente con nuevas opciones de acceso a sus diversos atractivos turísticos como es La ruta del vino y del queso, que invita a conocer a un Querétaro rural, agrícola e industrial, que tiene como corazón de este expansionismo su capital.
El vino y el turismo se conjuntan a unos 40 min. de Querétaro capital, en el kilómetro 30 de la carretera a Tequisquiapan, en donde se encuentra la Finca Vai, una granja donde se elaboran 11 variedades de queso de manera artesanal con leche fresca obtenida de vacas, borregos y cabras que se encuentran dentro del propio ecosistema de esta finca.
Mientras que en el kilómetro 40 de la carretera San Juan del Río –Cadereyta, se encuentra la Finca Sala Vivé de Freixenet, una zona dedicada a la elaboración vinícola de esta prestigiosa marca de vino espumoso, reconocida a nivel mundial, donde se puede llevar a cabo un recorrido enoturístico que brinda un acercamiento hacia el universo que se encuentra dentro de una botella de vino.
El cual comienza desde el cultivo y selección de la uva, la fermentación y la conserva hasta llegar al envasado, un proceso que implica la inclinación de la botella donde la presión se reduce de 7 a 4 atmósferas, hasta que finalmente es etiquetado y certificado para su venta.
Así es cómo el estado de Querétaro se perfila como uno de las principales áreas de crecimiento económico, no únicamente por sus actividades céntricas, sino por el complemento industrial y eco-turístico de sus actividades periféricas.
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