La previsión del mexicano llega a ser muy escasa, resolver las cosas al momento, es lo que más se da ante un imprevisto. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre las Finanzas de los Hogares (ENFIH) del INEGI, solo el 35.5% de los adultos cuenta con un ahorro formal, con una media de 7 mil pesos y un promedio de 30.4 mil pesos, recursos que a mediano plazo son utilizados para emergencias, hogar, educación, salud e incluso vacaciones.
Sin que esto sea realmente representativo para asegurar tranquilidad o hacer frente a un deceso, sin dañar la economía familiar. De ahí la importancia de tener una cultura de la previsión y del ahorro que permita estabilidad económica.
Datos oficiales señalan que el 63% de quienes ahorran lo hacen de manera informal, guardando el dinero en casa, tandas, cajas de ahorro del trabajo o conocidos, siendo mucho menor el número de personas que lo hacen en alguna institución financiera.
Además del ahorro formal, los expertos recomiendan adoptar una cultura de la previsión como inversión, lo que permitirá contar con un bien o servicio, el cual gana valor con el tiempo y en caso de utilizarlo no se realiza un desembolso importante que desequilibre la economía familiar.
En este sentido, la previsión funeraria es una prioridad, ya que en nuestro país solo el 4% de la población cuenta con un plan funerario, dejando la responsabilidad a los familiares, el resto contrata este servicio en el momento del suceso, el cual puede llegar a costar hasta 35 mil pesos, es decir, el equivalente a 204 salarios mínimos.
Un Plan Funerario a Futuro, te libera de:
- Estrés Psicológico: por el trauma que en sí representa el evento.
- Estrés Jurídico Legal: por los trámites a realizar ante las diferentes instituciones, en caso de deceso médico legal -donde se complica aún más- por los procedimientos a realizar ante diferentes instancias.
- Estrés Financiero: por el desembolso a realizar de manera imprevista.
La previsión funeraria es un tema social de ignorancia voluntaria, ya que nadie piensa que podría enfrentar el deceso de un ser querido. “En nuestro país la familia es la primera instancia a la que se recurre como soporte ante un imprevisto, en especial para afrontar los gastos de un deceso; extendiéndose a la familia solidaria que incluye a los tíos y primos, impactando las finanzas de varios núcleos familiares”, apuntó Manuel Ramírez, director de J. García López.
El manejo adecuado de las finanzas personales es una prioridad para evitar un desequilibrio que ponga en situación vulnerable a la familia tanto económica como emocionalmente, de ahí la importancia de considerar los seguros, trámites testamentarios, servicios funerarios a futuro, entre otros, como inversiones seguras que evitarán malas decisiones.
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