Se avecina grave crisis de productos del mar

La crisis de alimentos de origen marino está a punto de estallar pues la inmensa mayorías de todas sus especies comerciales se encuentran en el nivel máximo de explotación sustentable y, en algunos casos, en franco agotamiento.

Tal revelación fue hecha por la nueva Carta Nacional Pesquera 2010, documento elaborado por el Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA), que contiene el inventario de los recursos utilizados comercialmente en los litorales de la República Mexicana.

Este documento, publicado recientemente en el Diario Oficial de la Federación, se integra por 45 fichas informativas para pesquerías marinas y costeras del Océano Pacífico, Golfo de México y Caribe, y 51 más para aguas continentales como lagos, ríos y manglares.

Su objetivo es promover el aprovechamiento sustentable y responsable de los recursos marinos e incluye el diagnóstico de la actividad en México, indicadores sobre disponibilidad y conservación de las especies en aguas nacionales.

De acuerdo a esta información, las principales especies que se comercializan en el mercado nacional están al borde de su existencia por la sobreexplotación que se ha hecho de ella.

Es el caso del abulón, de cuyas cinco especies existentes, sólo dos (el azul y el amarillo) se recuperan, pero no se dice lo mismo de las almejas, bacalao negro, calamar gigante y callo de hacha, todas muy populares en el mercado nacional.

Desde luego, el camarón hace tiempo que está en ese nivel, al igual que el cangrejo y el caracol, de los cuales, el caracol chino está en franco deterioro.

La lista se alarga. El erizo, la estrella de mar, la jaiba y el mejillón están en ese mismo nivel de sobrevivencia.

A tal situación no escapan las especies con escamas. Huachinango, jureles, lisas y, por supuesto, atunes, carpas, truchas y hasta los charales tienen la misma calificación.

A este estado de gravedad no escapan ni siquiera las especies deportivas, como el merlin y el pez espada, sobre todo ahora que se abrieron a la competencia internacional y que ameritó un fuerte reclamo por parte de los clubes nacionales al comisionado nacional de Pesca, Ramón Corral Avila.

Desde luego, la situación más crítica se encuentran en el Golfo de California, Pacífico norte y Golfo de México, pero ese mismo camino siguen otras regiones pesquera de las costas nacionales y de lagos y lagunas del interior.

La carta citada presenta los lineamientos, estrategias y normatividad pesquera aplicable para la conservación, protección y aprovechamiento sustentable de los recursos pesqueros costeros.

Está integrada por 45 fichas informativas para pesquerías marinas y costeras del Océano Pacífico, Golfo de México y Caribe, que indican nombre común y científico de cada especie, mapas de las zonas de captura y especificaciones sobre equipo y artes de pesca permitidos, así como el estado de la pesquería, medidas de manejo y cifras de captura.

Entre las especies analizadas en dicho documento se encuentran los pelágicos menores (sardina), pelágicos mayores (atunes), camarón, pulpo, cangrejo, caracol, langosta, especies de escama, tiburones, rayas y mantas, calamar gigante y callo de hacha.

El informe señala la importancia de la pesca en aguas continentales, se incluyen 51 fichas para tres lagos, ocho lagunas y 40 presas, donde se aprovechan de manera comercial especies como el pescado blanco, lobina negra, charal y mojarra.

En el caso de las Áreas Naturales Protegidas, detalla en fichas técnicas las restricciones y características de cada una de ellas, como el decreto de creación, su programa de manejo y avisos de veda.

Las que destacan por su importancia son el Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, donde se declara veda total e indefinida de caza y captura de la Vaquita Marina, delfines, ballenas, lobo marino, Pez Perrito del Desierto de Sonora y todas las especies endémicas raras en peligro de extinción.

La Carta Nacional Pesquera incluye un apartado de especies que, a pesar de no estar sujetas a ningún esquema de explotación, cobran relevancia por el hecho de que interactúan con los pescadores, tanto de altamar como ribereños, siendo algunas de ellas altamente migratorias.