Tras años de trabajo, el noroeste del estado de Guanajuato surge como la cuna del vino de América, y que desde las épocas del Cura Miguel Hidalgo, hace más de 200 años, quien por las tardes daba clases en el curato sobre todos los oficios que había en sus talleres y en el día lo dedicaban a ponerlos en práctica con el cultivo de la vid.
Es así como se fundan el Rancho Toyán, la Bodega Dos Búhos y se producen los vinos de Cuna de Tierra y Santísima Trinidad, magníficos ejemplos de la buena salud de la actual industria vitivinícola mexicana, una industria llena de cultura, lucha, historia y tradición.
Labores que se desarrollan en el municipio de Dolores Hidalgo donde se levanta el majestuoso Santuario de Atotonilco, en donde nace el circuito del vino.
Dentro de él se puede disfrutar de un producto originario de esta región que combina calidad, experiencia e historia. Al caminar entre los tres viñedos en las haciendas donde se siembra la uva, aprendemos desde el cuidado de dicho fruto, hasta el proceso de elaboración y degustación, lo que crea una experiencia personal a través de los sentidos, con la expectativa y satisfacción que produce un buen vino.
La calidad de los vinos locales ha hecho que sean reconocidos con premios en todo el mundo tales como: Evento Circuito Mundial del Vino en Bruselas, ONV Merlot Cabernet 2011 y Etiqueta Mar de Nexos premio al Mejor Vino, International CreativeAward a nivel mundial (USA) y el premio como Mejor Etiqueta al Vino Cuna de Tierra en 2010,The Carter workwineawards, Premio Medalla de Bronce Bodega Vega Manchón Cuna de Tierra 2011, Guía Peñín Premio 90 puntos de calidad por el Vino, entre otros.
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