La hambruna llegó a México. No con los niveles que se presenta en Somalia, llamada el “Cuerno de Africa”, pero sí con manifestaciones preocupantes en medios rurales y suburbanos del país.
Investigaciones y estadísticas, públicas y privadas, lo ponen de manifiesto. En especial, el crecimiento se registra en lo que va de la presente administración del Presidente Calderón.
Esos datos ponen de manifiesto que cada noche, uno de cada cinco mexicanos se va a la cama sin haber probado alimento o sin comer lo necesario y dormirá con el flagelo del hambre.
Así que el 20 por ciento de la población mexicana sufre una de las más crueles tortura: padecer hambre, no tener los recursos económicos para satisfacerla o, por lo menos, calmarla.
Entre los factores que más inciden en esta situación, están los aumentos de los precios internacionales de los alimentos.
México registra cosechas anuales de granos cereales, frutas y legumbres; productos pecuarios y pesqueros suficientes para satisfacer el hambre nacional, según información de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa).
Pero existen distorsiones en la comercialización de la producción agropecuaria que nulifica esas posibilidades. En días pasados, aumentó el precio del pan de dulce, aún cuando el trigo mantiene su misma cotización, y en algunos lugares el kilo de tortilla subió entre uno y dos pesos.
A esas distorsiones se suman la injusta y desigual distribución de la riqueza, cuyo abuso de funcionarios y políticos, que cobran sueldos millonarios, son ofensivos frente a los paupérrimos salarios del grueso de la población.
Mientras que los programas para combatir la pobreza no surten el efecto deseado, porque todo se va diluyendo y cuando llega al objetivo, sólo son migajas, limosna y caridad que no ayudan a solucionar el grave y creciente problema.
“El negocio está en administrar la pobreza”, sostiene la organización Oxfam Internacional, que manifiesta que los precios internacionales de los alimentos tienen mucho que ver en el incremento del número de pobres y hambrientos.
En efecto, de julio de 2010 a la fecha, el costo del maíz aumentó 74 por ciento; trigo, 84; azúcar, 77; aceites y gracias, 74; cárnicos y lácteos mantienen más o menos sus precios, pero son muy altos, y el arroz subió 4 por ciento.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), secretarios de Estado, en México, como Francisco Blake Mora, de Gobernación; Ernesto Cordero, de Hacienda; Genaro García Luna, de Seguridad Pública federal; Alonso Lujambio, de Educación Pública, y Juan Rafael Elvira, de Medio Ambiente, ganan sueldos de alrededor de 205 mil 122 dólares anuales, mientras que sus equivalentes de Bélgica, Austria e Islandia apenas si llegan a los 110 mil dólares, es decir, la mitad.
Los sueldos de dichos funcionarios representan 21 veces el PIB per cápita nacional; en Suecia, es apenas 2.3 veces. En Estados Unidos, cuya economía es 14 veces mayor a la mexicana, no se pagan esos disparatados sueldos. Los salarios de los titulares de Departamento de Estado son de 155 mil dólares anuales en promedio, lo que representa 3.3 veces el PIB per cápita.
Según cálculos, para que un mexicano con salario mínimo pueda ganar lo que cobra uno los citados funcionarios al mes, tendría que trabajar 10 años, sólo para igualar el sueldo mensual, pero si se le agregan compensaciones que, por lo general, son iguales al sueldo o mayor, gastos de representación, aguinaldo, vacaciones y prima vacacional, tendría que laborar más de 20 años.
Una investigación del Centro de Análisis Multidisciplinario menciona que un salario mínimo de 56.70 pesos al día alcanza para adquirir 2.58 kilogramos de frijol, 25 bolillo y 6.04 kilogramos de tortillas. Mientras que para adquirir la Canasta Alimentaria Recomendada, un obrero tiene que trabajar el equivalente a dos jornadas dos tercios por día.
Apunta que en lo que va del sexenio, esta canasta cuesta 57 pesos más, en tanto que los salarios mínimos solamente aumentaron 8 pesos. El nivel salarial de los trabajadores con registro en las Afores disminuyó en los primeros tres meses de este año, respecto a 2010. Prueba de ellos es que en 2010, 6.6 por ciento de los trabajadores ganaba un minisalario, 40.1 por ciento dos salarios mínimos y 20.4 por cinto tres salarios. En 2011, 11.1 por ciento, un minisalario; 42 por ciento, dos salarios y 19.5 por ciento, tres salarios.
Minimiza Coneval pobreza nacional
Para hacerlo más sencillo, diremos que en México existen 21.8 millones de personas que no son vulnerables ni pobres. De ahí para abajo, todo es pobreza, aunque se quiera disfrazar y maquillar. Esto según Medición de la Pobreza correspondiente a 2010 que hizo el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
De acuerdo con el secretario Ejecutivo del CONEVAL, Gonzalo Hernández Licona, un hombre extremadamente educado y afable, nos dio un repasón con los números y las políticas sociales. Total que para él, solamente existen 52 millones de pobres y 11.7 millones de pobres en extremo. Pero desglosado, es otra cosa y ahí les va:
POBREZA 2010
(Esta medición de hace cada dos años)
- Extrema se mantuvo en 11.7 millones
- Alimentaria pasó de 20.2 millones a 21.2 millones
- De capacidades pasó de 27.8 millones a 30.0 millones
- Patrimonial pasó de 52.3 millones a 57.7 millones
MUNERALIA
- La falta de acceso a servicios de salud se redujo de 44.8 a 35.8 millones
- La carencia de seguridad social pasó de 71.3 a 68.3 millones
- Carencia de servicios básicos en la vivienda se redujo de 21.1 a 18.5 millones
- Calidad de espacios de la vivienda disminuyó de 19.4 a 17.1 millones
- Bajó el rezago educativo de 24.1 a 23.2 millones
- Personas con carencia por acceso a la alimentación aumentó de 23.8 a 28.0 millones
- Personas vulnerables por carencias sociales cayó de 36.2 32.3 millones
- Población sin carencia sociales e ingresos mayores aumentó de 19.7 a 21.8 millones
- Aumenta pobreza en población indígena de 75.3% a 77.8%
- La pobreza rural pasó de 62.4% a 64.9 %
- La pobreza urbana avanzó de 39.1% a 40.5%
- Aumento de lo pobreza extrema 38,000 individuos
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