Una vivienda es uno de los activos económicos más importantes para construir un patrimonio sólido, por lo que adquirirla se convierte en una decisión relevante para las familias mexicanas. Desde 2005 hasta este 2017, aún con los sismos del pasado mes de septiembre, los precios de la vivienda no han caído y promedian un avance del 5.4% en tasa anual. Samuel Vázquez Herrera, economista principal de BBVA Bancomer, estima que al cierre de este año la apreciación de la vivienda en México será de 5.8%; mientras que para 2018 esté ligeramente por arriba del 6% en términos anuales.
Vázquez explicó que para el sistema financiero es muy significativo que las viviendas mantengan su valor, pues eso se traduce en la garantía de los créditos hipotecarios. Asimismo, para una persona es de interés saber que esta inversión -por ser la de mayor monto que ha realizado-, tendrá un rendimiento positivo, que el valor crecerá y no se deteriorará con el paso del tiempo, por lo que se vuelve fundamental el impacto que podría tener el alza en las tasas de interés y la inflación en el sector.
En los últimos dos años el aumento en los costos de la construcción residencial -cuyo dato más reciente es de 9.5%-, ha ocasionado un alza en los precios de la vivienda. Además, el incremento de la tasa de referencia del Banco de México ha hecho más costoso el financiamiento. Pese a esto, Vázquez precisó que la banca comercial sigue ofreciendo créditos hipotecarios a tasas competitivas alrededor del 11%. Así, adquirir una vivienda a través del crédito bancario seguirá siendo una opción atractiva de inversión de largo plazo.
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