La alcaldía de Xochimilco dio a conocer que entre sus grandes atractivos de turismo y salud, así como de preservar y fortalecer las tradiciones y la cultura prehispánica; esta demarcación cuenta con el temazcal más grande de Latinoamérica con 52 metros de largo.
Tiene forma de Quetzalcóatl, es decir, una serpiente emplumada nadando en la tierra, señala el creador de esta obra, Iván Ocaña Castillo.
Ubicado en camino a La Ciénega 1, Barrio 18, muy cerca de la estación del Metrobus DIF Xochimilco, el especialista en Artes Visuales dijo que el recinto ceremonial está enterrado, lo que simula el inframundo, ya que tiene plasmados los diferentes significados de los códices Mexicas, “incluso en el piso está grabado el relieve de los señores de la noche, en donde se expresa la creación del cosmos y universo, así como el fuego sagrado”.
Explico que el temazcal se puede interpretar de manera científica, o sea, depura las vías respiratorias, el aparato digestivo, tonifica el sistema nervioso, así como también ayuda en problemas óseos, musculares y ginecobstétricos a través del calor del baño y las propiedades curativas de las distintas plantas medicinales que en él se utilizan.
Asimismo, mencionó que, respecto al aspecto místico, el temazcal es una comunicación con los dioses, con los elementos agua, tierra, fuego, que es lo que origina la vida.
Por su parte, el especialista en actos ceremoniales prehispánicos, Nahui Ollin Kuauhtli, añade que “gracias a su amplitud en el interior, se puede danzar como lo hacían los antepasados, o sea, un espacio dedicado al desarrollo de la cultura y preservación de tradiciones”, enfatiza.
Abunda, que además del temazcal en forma de Quetzalcóatl, también se cuenta con una sala o casa de partos, -que también es un temazcal-. Otro más denominado teocalli, que además de una cámara de vapor tiene espacio para organizar reuniones.
También hay otro temazcal cóncavo, de nombre Tláloc que sirve para curación, “porque se eleva la temperatura con la finalidad regenerar el cuerpo a través de un golpe de calor”, expone Ollin Kuauhtli.
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