Terribles cifras de martirio y muerte. La sociedad mexicana flagelada por el secuestro y el crimen. Es en la ciudad de México y todo el país. Al asesinato del niño Fernando Martí, secuestrado en el camino hacia la escuela. Vino la muerte de la joven Silvia Vargas Escalera, secuestrada también camino a la escuela. Al martirio de la familia, se suma la mutilación y se siembra el traumatismo imborrable. Funcionarios de organismos oficiales de Derechos Humanos defienden la vida de los criminales; varios diputados y senadores también la defienden. Un grueso, un elevado número de la población pide legislar ante el flagelo que impunemente impone la delincuencia. Y surge el debate en torno a la pena de muerte. ¿Qué diría el autor de la novela Crimen y Castigo, Fedor Dovstoievski, ante el escenario sangriento de ahora?
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