La ciudad de Querétaro a tres horas de la Ciudad de México es un destino rico en historia y tradiciones. Su Centro Histórico, ha sido el escenario de numerosos acontecimientos y hechos que quedaron marcados en la historia.
Por citar dos casos está el El Cerro de Sangremal, que el 25 de julio de 1531, en medio de la batalla final entre españoles y chichimecas por la ocupación del territorio queretano; de pronto se eclipsó el sol, se oscureció el cielo y posteriormente, sobre la loma de Sangremal, apareció una cruz luminosa seguida del Apóstol Santiago montado sobre un brioso corcel blanco. Ante este prodigio, cesó la pelea causando admiración y alegría entre los creyentes y los indígenas.
De este modo, los españoles tomaron posesión de la Ciudad de Querétaro. En este lugar y a manera de devoción, se construyó en el lugar un templo, hoy conocido como Templo de la Cruz.
El segundo es el Acueducto, en Querétaro, el agua potable no llegó de una forma normal. Por ello, un marqués enamorado, realizó esta magna obra, ello en 1726 el marqués de la Villa del Villar del Águila, a petición de una monja a la cual amaba en secreto y quien como prueba de amor, le solicitó proveer de agua al recién construido convento de San José.
Don Juan de Urrutia y Arana, nombre real del marqués, encontró una fuente de agua en el pueblo de San Pedro de la Cañada. Después hizo construir un acueducto de 1280 metros de longitud con 74 arcos de cantera para llevar el agua encontrada hasta el convento. De ahí se repartió a través de un sistema de fuentes públicas, al resto de la Ciudad.
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