Los diputados de la llamada izquierda fueron conminados a estar listos para hacer frente a la intentona (del gobierno) de privilegiar los intereses económicos sobre el ambiente y los recursos naturales. De antemano se acusa que la nueva Ley General de Aguas que propondrá el Presidente Enrique Peña Nieto a la Cámara de Diputados, tendrá un alto interés por privatizar el vital líquido.
Lo anterior llama a la alerta por la fuerza que le imprimirá a los asuntos de la privatización disfrazada, por la lógica de ver el tema del agua como una mercancía más que como un derecho, y la previsión de autorizar la concesión de acuíferos destinados al fracking para extraer gas natural.
La vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Aleida Alavez Ruiz, afirmó que el agua es un tema de seguridad nacional y consideró que una nueva ley en la materia debe hacer énfasis en la conservación, protección y restauración del equilibrio ecológico y el ambiente, la viabilidad de los humedales y sus entornos y, sobre todo, tomar en cuenta el aspecto energético.
Hace falta una nueva Ley General de Aguas que garantice, principalmente, el derecho humano al vital líquido e involucre desde la ingeniería hidráulica y su abastecimiento hasta su influencia en asuntos del desarrollo social, la salud, la alimentación, la educación y la vivienda.
Por eso, es de gran importancia tomar un posicionamiento con base en los principios de la izquierda y establecer una ruta crítica para los días por venir y hacer frente a la intentona de privilegiar los intereses económicos sobre el ambiente y los recursos naturales.
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