El transporte aéreo experimenta un periodo de crecimiento luego de tres años difíciles, debido a la pandemia. Según un reciente informe de BCD Travel, se espera un repunte más fuerte que nunca, con énfasis en la sostenibilidad. La empresa líder en gestión de viajes publicó la primera parte de un informe dividido en dos entregas que busca detallar el futuro del transporte aéreo.
El componente clave del futuro del transporte aéreo reside en la sostenibilidad, tanto medioambiental como económica. Una encuesta realizada por BCD entre compradores de viajes de todo el mundo reveló que casi dos tercios de los gestores consideran que los viajes sostenibles, desde el punto de vista medioambiental, son muy o extremadamente importantes. Los viajeros tienen una opinión similar. Consumidores, gobiernos y organismos reguladores reclaman un transporte aéreo más sostenible, y las aerolíneas han respondido con hojas de ruta para lograr cero emisiones netas de carbono en 2050.
Retos del combustible de aviación sostenible
Muchas aerolíneas invierten en combustible de aviación sostenible (SAF), que ofrece la solución inmediata más práctica para reducir la huella de carbono del transporte aéreo. Se trata de combustibles renovables o fabricados a partir de residuos que cumplen determinados criterios de sostenibilidad. Aunque actualmente los aviones pueden volar con una mezcla de SAF de hasta el 50 %, la adopción total del mismo está aún muy lejos. El SAF representó menos del 0,1 % del consumo total de combustible de aviación en 2020, pero las aerolíneas se están comprometiendo a aumentar su uso en el futuro.
BCD y Delta Air Lines firmaron el primer acuerdo SAF de una compañía de gestión de viajes para abordar las emisiones de los desplazamientos de los empleados de BCD. Los programas de viajes corporativos también exploran el uso de SAF, y un número pequeño pero creciente se compromete a usarlo.
Los SAF brindan un alivio inmediato y permiten a la aviación reducir su impacto medioambiental. Pero la disponibilidad y el costo de los mismos han llevado a las compañías aéreas a buscar otras alternativas, como los vuelos híbridos eléctricos, totalmente eléctricos y propulsados por hidrógeno. Aunque todavía faltan algunos años, estas alternativas pueden reducir las emisiones e, incluso, ofrecer vuelos sin emisiones.
Evolución del transporte ferroviario
Los viajes en tren también juegan un papel importante en los desplazamientos sostenibles, y cada vez se consideran más como una opción para los viajes cortos. Son varios los mercados importantes que cuentan ya con ferrocarriles eléctricos de alta velocidad, los cuales ofrecen una forma más ecológica y, a veces, más rápida de viajar entre centros urbanos, en comparación con el avión. Usar una mezcla de vuelos y viajes en tren es otra forma de reducir la huella de carbono de los viajes. Delta puso en marcha su programa de conexión Air + Rail, en Europa, para ofrecer conexiones ferroviarias desde estaciones situadas en aeropuertos.
«Los viajes de negocios sostenibles van de la mano de la aviación sostenible. Sin embargo, hacer frente a las emisiones de carbono generadas por la aviación, sobre todo teniendo en cuenta las previsiones de crecimiento del sector, sigue siendo uno de los mayores retos en la búsqueda del cero neto», dijo Olivia Ruggles-Brise, vice president of Sustainability de BCD. «Mientras tanto, cada viajero de negocios puede desempeñar un papel en la sostenibilidad futura de la aviación. Todos podemos evaluar críticamente la necesidad de cada vuelo y buscar opciones sostenibles, como volar en aviones nuevos, elegir rutas directas o viajar en cabina económica. El futuro de la aviación está en los viajes con propósito, que maximicen el valor y minimicen el impacto».
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