México requiere de la participación pública y privada para construir infraestructura de almacenamiento, transportación y suministro de gas natural, que permita garantizar la seguridad energética de este combustible, pues en las últimas cinco décadas, este hidrocarburo se ha convertido en un insumo fundamental para la actividad económica global.
Datos oficiales indican tras la pandemia de COVID-19, el consumo de gas natural en el país se incrementó 21 por ciento, en los sectores de distribución, comercial y eléctrico, según datos del Centro Nacional de Control de Gas Natural (CENAGAS). De igual manera, el consumo de Gas Natural Comprimido para uso Vehicular (GNV) va en aumento, hasta marzo de este año operaban 87 estaciones de servicio en 18 estados de la República y de acuerdo con proyecciones de la Asociación Mexicana de Gas Natural Vehicular (AMGNV), se espera que a finales de 2022 operen más de 100 estaciones de servicio.
La empresa Wigas mediante un comunicado, precisó que la conversión de vehículos a GNV permite a los usuarios ahorrar hasta 50 por ciento por litro en relación con los costos de las gasolinas y el diésel.
Otro de los beneficios que ofrece el GNV – indicó la empresa- es que es uno de los combustibles alternativos más limpios disponibles en la actualidad. Su uso puede reducir las emisiones de dióxido de carbono hasta en un 30 por ciento y de monóxido de carbono (CO) en un 85 por ciento, lo cual contribuye al cumplimiento del Plan de Acción Climática al que se comprometió México.
Datos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), estiman que al menos 25.1 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono provienen del transporte público, posicionándolo como una de las principales fuentes de contaminación, por lo que es urgente buscar alternativas energéticas para reducir dichas emisiones y así garantizar una movilidad urbana sustentable.
El gas natural – de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad – es un combustible clave para la transición energética del país, al ser más eficiente, menos contaminante y más asequible que el resto de las fuentes fósiles, incluso diversos estudios sobre movilidad sustentable indican que el uso del GNV es una alternativa viable para contribuir a reducir la contaminación ambiental.
La firma mexicana explicó que las conversiones de vehículos a GNV deben realizarse en centros especializados, los cuales deben cumplir con diferentes normas nacionales e internacionales para garantizar la seguridad.
En esta misma línea, Wigas, comprometida con la sociedad, el medio ambiente y la economía del sector del transporte público y privado, busca expandir el uso de GNV en el Estado de México, desarrollando estaciones de servicio que utilicen tecnologías que permitan una movilidad más sustentable, segura y eficiente. Además, cuenta con un plan de expansión para los próximos cinco años, en diversas zonas geográficas del país, con la visión de que en todas las regiones se ofrezca un servicio de calidad, que cumpla con toda la regulación federal, estatal y municipal vigente.
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