Las Cumbres mundiales de G-20 y Río+20 deben abordar el problema e la crisis alimentaria y su recrudecimiento por el Cambio Climático (CC). Este punto debe ser esencial en las discusiones de estas reuniones y ser tomado en cuenta en las negociaciones que realicen los gobiernos y organizaciones participantes.
Los asistentes no podrán ser ajenos a temas como la economía verde, mitigación y adaptación al CC y otros más que lleven a disminuir el hambre que, en la actualidad, afecta a cerca de 925 millones de personas en el mundo, de quienes 12 millones corresponden a México.
Un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima que una de las alternativas para mitigar el hambre de la población mundial en un futuro inmediato es compaginar intereses entre la agricultura y el Medio Ambiente por medio de sistemas como la ecoagricultura que no fragmenta los ecosistemas como sí lo hace la agricultura actual.
Se estima que para el año 2050 se requerirá que el campo produzca más del 50 por ciento de los alimentos que genera en la actualidad, atender la demanda alimentaria de la humanidad y solucionar problemas como el desperdicio de alimentos y su acceso a precios adecuados para los pobres que gastan entre 50 y 80 por ciento de sus ingresos para obtenerlos.
Dolores Barrientos, representante del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en México, comentó que es evidente que existe una crisis alimentaria sujeta a la especulación oficial y de las empresas agroalimentarias, lo cual provoca hambrunas en países pobres.
“En manos de pocas multinacionales está la alimentación y debe darse un cambio de enfoque en el Planeta en la actualidad, ya que se produce el doble de los alimentos que se requieren, pero estos superávits se acaban desperdiciando y un 50 por ciento se tira a la basura”, expuso.
A este respecto, Patricia Arendar, directora de Greenpeace México, indicó que es increíble la paradoja que las reuniones del G-20 y Río+20 no puedan ponerse de acuerdo en atender verdaderamente la preservación de los recursos naturales y entender que existen alimentos para toda la humanidad, pero sin justicia y equidad no se podrán eliminar el hambre y los ecocidios.
Ambos comentarios fueron expuestos en la conferencia internacional “Fortaleciendo el desarrollo sostenible a través de la participación del sector privado: G-20 a Río+20”, organizado por el Instituto Global para la Sostenibilidad y el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Mientras que Ignacio March, coordinador científico de The Nature Conservancy, comentó que es necesario trabajar en soluciones a la productividad agrícola, combatir las plagas con lógica y no contaminar la tierra, en las sociedades que tienen alimentos en exceso para mejorar su distribución, abatir el desperdicio y detener la extinción de los polinizadores. “Los consumidores son los que cambiarán este tipo de males, ya que esto no será resuelto por los políticos”, subrayó.
“La FAO está detectando bajas de rendimiento en muchos cultivos por efecto del Cambio Climático. Estas pruebas son evidencias de las afectaciones a los alimentos y tenemos el reto de alimentar a 9 mil millones de personas al año 2050 y si no lo hacemos bajando las emisiones, mejorando la tecnología, aplicando más ciencia y manteniendo los procesos ecológicos esenciales no podremos salir adelante”, sentenció.
Por otra parte, México debe replantear su política alimentaria para detener los problemas de obesidad y desnutrición que enfrenta, acordaron académicos y autoridades sanitarias del país, al participar en el Foro Nacional para la Construcción de la Política Alimentaria y Nutricional, organizado por más de 20 universidades e instituciones de educacion superior.
En dicho evento, José Alberto Rivera Márquez, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Autópnoma Metropolitana (UAM), afirmó que si las políticas públicas sobre alimentación y nutrición se reducen a un estilo de vida individual están destinadas a fracasar.
Los problemas más importantes que han tenido las políticas públicas en la materia, advirtió, es “su falta de integralidad”, pese a que en el discurso se señale continuamente esa necesidad.
Subrayó que en el diseño de dichas políticas es necesario tomar en cuenta “la determinación social de la nutrición y partir de que los procesos biológicos e individuales tienen una explicación fundamental en lo social” y lamentó que hoy existe una determinante económica: para comer hay que comprar y ser parte del mercado “que vende la mercancía alimento”.
INICIATIVA PRIVADA Y ALIMENTOS
Juan Carlos Gómez, Director de Mercadotecnia de Kellogg’s México para marcas de niños, jóvenes y mamás, en entrevista con Mi Ambiente, expresó que la alimentación de la población es de suma importancia, esto en el marco del tema de seguridad alimentaría que se hablará en la reunión del G-20, indicó que como empresa transnacional trabaja en el compromiso de que la juventud tenga un estilo de vida saludable, abarcando aspectos del ejercicio, alimentos, etc.
Ante el embate de las alzas de alimentos que dañan la alimentación global, dijo que de su parte consideran “un reto mantener los precios para los consumidores y evitar las alzas que se presentan en los cereales –materia prima de sus ventas-, por ello, tenemos un programa de compras de largo plazo, con lo cual se garantiza su cantidad y calidad; lo cual nos permite tener estos ingredientes para así enfrentar las alzas, no dañar la economía de las personas”.
Acuerdos imposibles en G-20 y Río + 20: ONUDI
Kai Bethke, representante en México y gerente de la oficina regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), expuso que es imposible tener tratados vinculantes en estas cumbres, pero que no puede decirse que no se ha hecho nada.
“Cada país que participa tiene su propia visión de desarrollo y la idea es crear un foro (donde se den) pasos pequeños, pero lo que se logre en Río+20 no será un buen acuerdo y quien diga que se consiguirán acuerdos vinculantes es un ingenuo, sin embargo, si no se tuviera un proceso como éste no existiera un espacio que exija resultados, dijo.
Población rural, la más afectada
Durante el seminario internacional: Crisis alimentaria, laboral y climática del mundo rural, efectuado en el Senado de la República, Renaud Fichez, representante del Instituto para la Investigación y Desarrollo de Francia para México, Cuba y América central, calificó de importante reconocer que esta región del mundo es altamente vulnerable por las alzas de los alimentos como fueron los casos del maíz, soya y aceite de palma que tuvieron aumentos del 7 por ciento mensual, en 2011.
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