La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, alentó a los países latinoamericanos y a China a cooperar en áreas clave como la infraestructura, la energía y, en especial, la agricultura, ya que el potencial regional de producción agrícola y alimentaria permitiría dar respuesta a las demandas del país asiático.
Dijo que “debemos expandir y diversificar nuestras relaciones económicas”, subrayó durante el diálogo la máxima representante del organismo regional, quien citó como referencia un documento publicado por esta institución con ocasión de la visita del Presidente de China, Xi Jinping, a la sede de la CEPAL el pasado noviembre, donde participó en una cumbre de medios con el fin de generar un mayor acercamiento cultural con América Latina y el Caribe.
Según explicó Alicia Bárcena, China ha delineado una estrategia de vinculación con la región basada en el comercio, las inversiones, el financiamiento y la cooperación, con seis áreas prioritarias: infraestructura, transporte, energía y recursos naturales, industria, ciencia y tecnología y agricultura. En este último sector, China, con 1.300 millones de habitantes y solo 7% de tierra cultivable y 6% de recursos hídricos, representa un mercado con gran potencial para América Latina, remarcó.
La Secretaria Ejecutiva resaltó que el comercio de bienes entre América Latina y el Caribe y China se multiplicó 23 veces entre 2000 y 2013, aunque posteriormente registró dos años consecutivos de caídas. Pese a ello, el gigante asiático desplazó en 2014 a la Unión Europea como el segundo socio comercial de la región, solo superado por Estados Unidos. Sin embargo, la canasta exportadora se concentra en cinco productos que representaron en conjunto el 69% del valor de los envíos de la región al país asiático en 2015.
En el campo de las inversiones, resaltó el salto cuantitativo que el país asiático experimentó en 2010, cuando solo en ese año la inversión extranjera directa (IED) china estimada en América Latina y el Caribe ascendió a 14.000 millones de dólares, el doble de lo acumulado en las dos décadas previas (1990-2009). Como ejemplo, indicó que en Ecuador esos flujos están destinados a empresas de desarrollo tecnológico, mientras que en otros países, como Perú y Chile, están más vinculados a las industrias extractivas.
Bárcena destacó la oportunidad para América Latina de potenciar su comercio intrarregional y fortalecer esquemas de integración existentes como la Alianza del Pacífico y el Mercosur, así como potenciar la convergencia entre ambos.
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