Resultó contraproducente el respaldo presidencial al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, debido a una lluvia de críticas en su contra, incluida la del ex dirigente panista, Manuel Espino, quien espera que el alto funcionario honre la confianza en él depositada por el primer mandatario.
Senadores, diputados y dirigentes de partidos no justificaron el apoyo del Presidente Felipe Calderón al titular de la SSP. El priísta Manuel Bartlett planteó que el Ejecutivo ofrezca una explicación detallada de las razones por las cuales mantiene a García Luna en su cargo.
El coordinador de los diputados perredistas, Javier González Garza, fue más lejos al decir que «el Presidente se va a quemar por meter las manos al fuego por García Luna».
El blanquiazul Manuel Espino, quien lidera la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) dijo: «No debe ser necesario que el Presidente de un país haga una defensa a ultranza de los miembros de su equipo, deben ser los colaboradores del Presidente los que se ganen la confianza de los ciudadanos, no solo por los resultados, sino al Presidente, a las instituciones y a los ciudadanos».
Siendo panista y ubicado en la corriente «Yunque», Espino se ha declarado adversario del régimen calderonista. Aprovecha cualquier controversia gubernamental para agredir al primer mandatario.
Durante por lo menos un año, García Luna ha sido blanco de críticas en medios informativos en general, sea por sus divergencias con el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora, o por las abundantes menciones en las «narcomantas» relacionándolo con el «Chapo» Guzmán y «El Mayo» Zambada, o porque algunos de sus ex colaboradores, como Javier Herrera Valles, le han hecho señalamientos graves.
Sin apartarse de su estilo, el actual dirigente de Acción Nacional, Germán Martínez, estuvo de acuerdo con el espaldarazo a García Luna porque, según su espléndido criterio, el partido defiende los nombramientos hechos por el Presidente.
Debido a la «Operación Limpieza», encabezada por el procurador Medina Mora, las ejecuciones han disminuido en el Edomex y en el Distrito Federal, pero quienes siguen de cerca a los cárteles auguran que están en período de reacomodo y causarán nuevas masacres.
Por supuesto, los mafiosos ya no recibirán informes de soplones que tenían bajo control en la PGR y en la SSP, ahora buscarán nuevos contactos y en esto deberán mantenerse en estado de alerta los colaboradores del procurador Medina Mora, a fin de que la limpieza sea permanente.
En estados como Baja California, Chihuahua, Sonora y Sinaloa continúan las ejecuciones. Ciudad Juárez se mantiene en primer lugar con casi 600 muertos en el año, además de que reaparecen actos terroristas mediante la quema de restaurantes y otros negocios.
Cree el gobernador chihuahuense, José Reyes Baeza, que con los operativos militares no se logran resultados óptimos y se requieren acciones precisas e inteligentes para combatir al hampa.
Reyes Baeza no se ha significado como gobernador decidido a combatir la delincuencia, pero debiera ser analizado su punto de vista sobre estrategias de investigación, en vez de mandar a soldados sin rumbo, haciéndolos caer en emboscadas.
El cártel del Golfo y Los Zetas no parecen inquietarse con la «Operación Limpieza». Colocaron seis coronas fúnebres en Hermosillo, Sonora, y letreros con amenazas de matar a policías y a todos sus descendientes.
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