Ejercicios para perder el temor, de identificación con el otro y de relajación, así como anécdotas y consejos, compartieron los artistas mexicanos Jesús Díaz y Aziz Gual, dos referentes del clown en México, al impartir la clase magistral Sobre la exploración de las diferentes maneras de hacer clown, en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, dentro del Tercer Encuentro Internacional de Clown de la Ciudad de México.
Los artistas coincidieron en que 20 años atrás hacer clown en el país era complicado, pues no se conocía ni siquiera el término y al hacer la traducción a la palabra payaso se entendía como aquel personaje que ameniza fiestas infantiles o aparecen en el circo con rutinas que no conectan del todo con los espectadores.
Al respecto, Aziz Gual, graduado en Ringling Bros. and Barnum & Bailey Clown College, explicó que de sus inicios a los tiempos actuales conserva el deseo de ser aceptado por el espectador, de derrumbar la llamada cuarta barrera para así construir un vínculo emotivo con las personas.
Ante alumnos de teatro, actores profesionales, admiradores de la técnica y público en general, Aziz Gual dijo que hay diferentes maneras de hacer el clown, para lo cual hay muchos ejercicios y fórmulas, pero finalmente no hay una receta determinada que le quede a cada persona.
Dijo que “lo esencial no es tanto ser clown, sino encontrar ese sentido del juego y de la lógica, el ritmo, la energía, el dominio del espacio; el camino es encontrarse a sí mismo, descubrir sus cualidades y desarrollar a partir de metodologías y técnicas su propia esencia”.
En experiencia del también discípulo del artista de circo ruso Anatoli Locachtchouk, lo que se necesita para ser clown es abordar la profesión desde lo vivencial. “El clown es algo que se vive, se siente, no es perfecto es perfectible, humano, orgánico. En él se actúa como se siente, es importante ser auténtico y proyectar, se necesita una mirada siempre abierta para conectarse con los demás”, refirió Aziz Gual.
Explicó que como artista de ese género se debe aprender a ver y establecer contacto con el espectador para encontrar empatía, pero si de lo contrario el aspirante a clown no logra ponerse en los zapatos del otro, ni a entender cómo se siente la otra persona, es una muy fuerte razón para no hacer este trabajo escénico. “Si tú no entiendes cómo se sienten los demás, no puedes trabajar con ellos, porque los vas a lastimar y dañar”, apuntó el colaborador en la creación del Proyecto Circo del Mundo del Cirque Du Soleil en México.
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