La forma en que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, integre el equipo con el que haya de cumplir su gobierno, rebasa con mucho el interés de los ciudadanos estadounidenses, es un asunto de interés mundial dado que esa es la medida del alcance del poder del vecino país.
El primer día de este mes de diciembre que corre, el presidente electo dio a conocer los nombres de quienes han de integrar su equipo para el manejo de la seguridad nacional y la política exterior. Este segundo aspecto es de fundamental importancia para los países del orbe. Las decisiones que se tomen y las acciones que se pretendan llevar a cabo, tendrán repercusión en todos los países.
Para la política exterior, ya expresó el futuro presidente, habrá un giro. Al área de la diplomacia se vincularán responsabilidades de la defensa, de la economía y otras, de tal manera de dar a la política exterior más facultades y elementos de trabajo.
En general, la opinión pública estimó los nombramientos dados a conocer como un predominio de la experiencia de gobierno y el encuentro con algunas disidencias. El único caso que se ve con reservas, es el de Robert Gates, que seguirá al frente de Defensa, porque sin duda a esta área de la administración se le vincula con la repudiada guerra de Irak.
En cambio, fue recibido con beneplácito el nombramiento de Hillary Clinton para el Departamento de Estado. Se confía en su experiencia y sensibilidad política y se espera que no haga a un lado los problemas de los países pobres como la migración y el envío de remesas.
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