De acuerdo a la organización WWF, se dio a conocer que los representantes de la industria global de aceite de palma que se reunieron en el décimo aniversario de la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (RSPO RT10), están en una encrucijada decisiva, ya que “hay mucho que celebrar en estos 10 años del aceite de palma sostenible, pero no es tiempo para que los miembros de la RSPO se duerman en los laureles”, señaló Adam Harrison, líder de la delegación de WWF.
“En nuestra agenda están, la primera ronda de grandes mejoras previstas para el estándar que define el aceite de palma sostenible, y el desafío de aumentar la aceptación del aceite de palma certificado”.
En esta reunión, se busca que se acuerden medidas ambiciosas para reducir los impactos del cambio climático de la producción del aceite de palma y que se ajusten las normas sobre químicos peligrosos.
Algunos de estos asuntos serán discutidos antes que decididos, mientras continúan las consultas sobre la primera gran revisión prevista de los Principios y Directrices para el Aceite de Palma Sostenible. WWF urge a los miembros de la RSPO y, de igual manera, a los no miembros, a que participen con sus comentarios en la consulta a los grupos de interés sobre la actualización de los Principios y Criterios para el Aceite de Palma Sostenible, que estará abierta hasta el 30 de noviembre.
“A WWF le gustaría ver que en los criterios de la RSPO se incluyan mejores prácticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo Harrison. “WWF está buscando un final efectivo a la plantación en turba, que libera grandes cantidades de dióxido de carbono”, indicó.
Desde que la RSPO se inició en 2004 y los estándares se establecieron en 2007, ha tenido un gran éxito y se han certificado más de nueve millones de toneladas de producción de aceite de palma –más del 14% del total mundial.
Esta cuota de mercado hace de la RSPO el estándar sostenible más exitoso para un solo producto, con casi 1,000 miembros desde productores hasta manufactureros, vendedores y ONG ambientales, sociales y de desarrollo.
“Sin embargo, se necesita más empuje por parte de los compradores de aceite de palma para nivelar el arduo trabajo que los cultivadores han hecho desde 2007, llevando una gran cantidad de su producción al nivel de la certificación”, dijo Harrison. “Solo 40% del aceite de palma usado por los manufactureros de la RSPO está certificado, y menos del 8% manejado por comerciantes”.
Mientras que en la región de Latinoamérica, el cultivo de palma de aceite ha ido creciendo en los últimos años, particularmente en Brasil, Colombia, Ecuador y Honduras, y un número significativo de empresas productoras de aceite de palma están buscando la certificación RSPO.
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