Entre las empresas que ven sólo el negocio como única finalidad y a sus trabajadores como medios para obtener beneficios y aquellas organizaciones en las que desaparece todo mercantilismo y lucro, hay un espacio central que puede ser ocupado por empresas emocionalmente ecológicas, basadas en la sostenibilidad y el equilibrio, esto fue señalado por Jaume Soler y Mercè Conangla, creadores del modelo de desarrollo, Ecología Emocional.
Dichos especialistas señalan que una organización emocionalmente ecológica gestiona la sensibilidad para dar sentido y cabida a cada una de las habilidades y promueve un compromiso emocional entre ella y los profesionales que la componen.
En sus pláticas de difusión de este tipo de nuevas visiones de lo que es una empresa del siglo XXI se indica que al reinar un ambiente ecológico se crea el vínculo perfecto de atracción de los mejores profesionales. En ellas y con ellas es posible “tener vida” y hacen posible la integración y la interconexión de las diferentes facetas del ser, en lugar de compartimentar, dividir o escindir.
Estas empresas gestionan la sensibilidad para dar sentido y cabida a cada una de las habilidades y promueven un compromiso emocional entre ella y los profesionales que la componen. Además, responden a la pregunta: ¿qué necesita la organización? conectándola a la de ¿qué necesitan las personas?, se indicó en comunicado de prensa.
De esta forma, afirman los también creadores del Instituto de Ecología Emocional, se evita el choque frontal de los objetivos y necesidades de la organización con los objetivos y necesidades individuales.
En sus puntos de mayor atención y en donde las empresas deben actuar son:
• Integran los objetivos individuales y los de la empresa.
• Son flexibles en sus planteamientos y creativas en su organización. Funcionan a modo de redes neurales que se crean o se eliminan, se conectan y agrupan en función del momento y la situación a fin de dar la mejor respuesta posible en cada caso, en lugar de organizarse en estructuras rígidas y compartimentadas que dividen y desintegran.
• Cuidan el clima emocional, los espacios físicos y las personas que las integran.
• Dan un servicio personalizado y de calidad a sus clientes y participan y se comprometen en algún proyecto social o de mejora del mundo.
• Buscan soluciones equilibrantes para sus trabajadores, los tiene en cuenta, facilita su desarrollo y es consciente de que si ellos están bien van a rendir, a crear y a servir mucho mejor.
• En ellas no se tiene la razón, se comparten razones.
• Son honestas y su integridad es la base de su éxito.
• Educan habilidades y sensibilidades.
• Gestionan la información y los conocimientos; han comprendido que los desafíos complejos requieren respuestas multidimensionales que deben incluir el amplio y variado mundo de las emociones y los sentimientos.
• Son proactivas en lugar de reactivas, reflexivas y al mismo tiempo eficaces. Su tiempo de latencia de respuesta es 24 horas. Provocan cambios en lugar de esperar que los cambios les provoquen a ellas.
• Controlan sin llegar a la paranoia de querer tenerlo todo controlado.
• Son capaces de funcionar bien en territorios inciertos.
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